jueves, 12 de marzo de 2009

LA SEPTUAGINTA O BIBLIA DE LOS SETENTA
Por: J.N.Robles Olarte

Así es como se le conoce ¡ Es la Versión Griega de las Sagradas Escrituras Hebreas, la única que ha tenido el honor y distinción de haber sido el primer libro importante de permanecer en toda buena Biblioteca que se considere como tal, misma que ha sido traducida a muchos otros idiomas del mundo entero¡
Se dice que en un antiguo documento conocido como la Carta de Aristea se revela el plan de hacerla la traducción oficial de la Biblia Hebrea original ¡ Ésta traducción habría de ser la Biblia Oficial de los Judíos y reemplazar la Biblia hebrea original.
Supuestamente 72 eruditos Judíos efectuaron tal traducción, seis por cada una de las tribus originales; pero en verdad fueron en total trece las Tribus ya que de José, uno de los menores hijos de Jacob, procedieron dos hijos, Manasés y Efraim que reemplazaron a su padre.
La supuesta ubicación donde se llevó a efecto tal trabajo es en Alejandría, Egipto, y una pretendida fecha del mismo es la del año 250 A:E:C (Antes de la Era Común) y precisamente durante los 400 años de silencio transcurridos entre el cierre de la escritura del Antiguo Testamento –por allá en el 397 AEC- y el comienzo de la elaboración de lo que se conoce, hoy día, como el Nuevo Testamento.
Lo curioso de todo ello es que la tal Carta de Aristea no ha sido considerada por ningún erudito moderno como un documento real y que haya existido alguien con ese nombre de Aristea. Más bien se le otorga la autoría a otro autor pagano muy conocido, Philo.
Además observe que, realmente, se debería llamar La Biblia de los 72, o con más certeza La Bibliade los 78 ya que fueron trece las Tribus pero no, se le conoce solo como la Biblia de los 70 por una razón muy sencilla: la fuerza que ha ejercido la numerología entre Judíos y Cristianos desde tiempos inmemoriales, algo que en verdad nada tiene que ver con las cosas de nuestro Creador y Padre, YHWH.
La tan nombrada Carta de Aristea es la única “evidencia” de la existencia de tan místico documento, si es que así se le puede llamar. Absolutamente no existe ningún Antiguo Testamento Griego con fecha de, o cercana, al 250 AEC. Tampoco existe ningún registro dentro de la Historia Judía en el que se haya efectuado o contemplado tal obra. Sencillamente fue impuesta como tal para beneficio de los interesados en esconder verdades al género humano. Más aún, cuando se presiona a ciertos eruditos a que presenten evidencias de la legitimidad de tal obra recurren y señalan una obra obra de Orígenes, EXAPLA,. Escrita por allá en el 200 EC (Era Común moderna), es decir aproximadamente unos 450 años después que fue escrita la Septuaginta, y más de 100 años después que fue concluido el Nuevo Testamento.
La segunda columna de la Exapla de Orígenes, cristiano de la Iglesia Griega, contiene su propia traducción personal griega del Antiguo Testamento que incluye, entre otras cosas, libros espurios tales como “Bel y el Dragón”, “Judith” ,“Tobías” y otros más, aceptados sólo por la Iglesia Católica Romana.
Los que proponen al mundo la invisible Septuaginta tratan de aducir que Orígenes no tradujo, del Hebreo al Griego, tal obra sino que sólo copió de la Versión de los 70 la segunda columna de su obra Exapla; pero ello no es cierto dado que implicaría que los astutos 72 eruditos Judíos habrían de agregar los libros apócrifos a su obra antes de que lo hubiesen escrito o, por otra parte, Orígenes se tomó la libertad de añadir éstas escrituras espurias a las Escrituras Hebreas, cosa que está absolutamente prohibido en Deuteronomio 4:2, Deuteronomio 12:31 y Proverbios 30:6.
Vemos así cómo la segunda columna de la Exapla sólo es la propia traducción de Orígenes basada en el Antiguo Testamento Griego ya antes elaborado…y nada más.
Tanto Eusebio como Philo, escritores paganos de dudoso carácter y confiabilidad, también hacen mención del Pentateuco Griego, es decir, los primeros cinco libros del Antiguo Testamento que, en verdad, no son todo el Antiguo Testamento. Tampoco se menciona que tal Pentateuco haya sido una traducción oficialmente aceptada.
Recordemos que para el 150 AEC se escribió un pequeño papiro que se conoce con el nombre de Papiro Ryland, Nº 458. Sólo contiene los capítulos 23 al 28 del libro de Deuteronomio. Ni más ni menos. Se puede deducir de lo anterior que, en realidad, el mismo fue el que llevó tanto a Eusebio como a Philo asumir que todo el Pentateuco había sido traducido por algún “escriba” en un esfuerzo de poder interesar a los gentiles sobre la historia de los Judios.
Ciertamente que lo anterior puede ser y es una porción de la pretendida idea de que hubo una “traducción oficial” al griego del Antiguo Testamento. Podemos estar seguros que aquellos “72 eruditos Judíos”, supuestamente escogidos para traducir las Escrituras Hebreas, en el año 250 AEC, es sólo una excusa sin fundamento alguno, algo insignificante, ante la realidad habida en aquellos años 150 EAC. Más aún, si hubo en realidad uno de nombre Aristea, tuvo que vérselas con dos grandes problemas, i) identificar y localizar las 13 tribus con el sólo propósito de escoger 6 de cada una de ellas, ii) si identificó a cada una de las trece Tribus no hubiese traducido las Escrituras Hebreas por dos razones muy simples, a) el cuidado y preservación de las escrituras le fue dada por el Creador mismo a la Tribu de Leví, como bien se puede evidenciar en Deuteronomio 17:18, Deuteronomio 31:25-26 y Malaquías 2:7. Y con ello en mente podemos estar bien seguros que ninguno de las otras Tribus se habrían atrevido a efectuar tal traducción y b) es obvio para todo buen lector de las Sagradas Escrituras que los Israelitas fueron muy diferentes a todas aquellas naciones que habitaban a su alrededor, pues guardaban el Sábado, la Circuncisión, las Leyes de Higiene, las Leyes sobre las carnes aptas para el consumo humano, además de heredar el lenguaje Hebreo. Con respecto a esto último vemos cómo los Judíos practicantes Chinos e Indúes se rehúsan a enseñar a sus hijos otro idioma que no sea el Hebreo, como también los Judíos Fashala de Etiopía mantuvieron y mantienen ,celosamente, su lenguaje Hebreo.
No olvidemos que las muchas citas que encontramos en el Nuevo Testamento no son otra cosa que aquellas citas que encontramos en la segunda columna del Exapla de Orígenes. Son, en realidad, citas de su verdadera autora, La Reina de los Cielos, quien se ha tomado la libertad de citar la Obra Magna del Soberano Único, YHWH, consignadas por Él en Sus Sagradas Escrituras o Antiguo Testamento.
El por qué muchos eruditos Judíos y Cristianos han aceptado la existencia de la Septuaginta es muy sencilla, simple, pero muy triste. El Hebreo antiguo es un lenguaje extremadamente difícil para poderlo aprender y comprender. Toma años el poder adquirir un conocimiento cabal del mismo y llegar a obtener una fluidez suficiente como para poderlo usar como un medio de estudio. No así sucede con el Griego que es más fácil de aprender, hablar y leer y cuyos cambios gramaticales y escritura no han cambiado gran cosa. Desafortunadamente la existencia de la Septuaginta, matriz de las demás Biblias que vemos en el mundo, se basó sólo en dos hechos primordiales, el orgullo y la voracidad.
Resumamos: 1) La traducción conocida como Septuaginta se elaboró entre los siglos tercero y segundo AEC, y durante ese período de tiempo toda la Biblia Hebrea fue traducida al Griego. 2) Durante el reinado de Ptolomeo Philadelphus (285-246 AEC) fue cuando el Pentateuco se tradujo al Griego. 3) Aquello de los 70 es sólo una referencia lúdica de poder encontrar justificación para engañar a los tontos y crédulos; y de ello nos habla Éxodo 24:1 y 9. 4) La Septuaginta fue, es y ha sido un factor definitivo para la “preparación” de la creación e instauración del Cristianismo, como también las “revelaciones” adjuntas en el Nuevo Testamento. 5) Los traductores hicieron gala de medios nada ortodoxos ni transparentes como tampoco correctos ya que se basaron en lo ellos llaman “principios exegéticos” que no son otra cosa que un “análisis crítico o interpretación de una palabra o de un pasaje literario” de las Escrituras Hebreas originales y 6) Las Sagradas Escrituras del Altísimo no necesitan de análisis crítico ni de interpretación alguna puesto que Él, allí, nos dice lo que en verdad nos quiere decir, con palabras simples, sencillas, transparentes, que hasta un niño puede entender y para que las podamos poner en práctica para lograr tener una vida llena de satisfacciones y felicidad como Él bien lo ha querido desde que creó al género humano.

Fuentes de Información:
1) The Hope of Israel, Volumen 11 # 3
2) Unger´s Bible Dictionary, Tema: Septuaginta
3) Exapla por Orígenes→ www.bible.gen.nz/amos/people/hexapla.htm
4) The Letter of Aristea → www.invaluable.com/auctio.lat/judaica:-aristeas-aristea-de-settenta-doc-3-c-cbgrxhbca
5) Ryland´s Papyrus→ www.chick.com/reading/books/158/158_09.asp