C Á P
S U L A S
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Por: J.N.Robles Olarte
EL SHABBATH, UN
mandato QUE NO SE DEBE DEJAR DE PRACTICAR
Adaptación y traducción de su original en ingles, de Tom Glover, por
J.N. Robles
olarte
PARTE1
¿Han mantenido
las iglesias del mundo tal práctica como el Eterno nos lo ordeno?
De
todas las doctrinas que sirven para mostrar las diferencias con respecto a las
principales corrientes del cristianismo, la observancia del Shabbath o Sábado
se destaca por su excelencia. Es ésta práctica el corazón y el centro de
nuestro sistema de creencias. También es nuestra señal externa de
identificación y prueba de nuestra convicción y fidelidad para con nuestro
Eterno Creador. Hemos defendido tal verdad y convicción valientemente contra el
ataque vitriólico de la iglesia madre de todas las iglesias del mundo. Podemos
decir, con toda seguridad, que somos
fieles observadores del Shabbath y nos sentimos orgullosos de ello!
Cabe
aquí la pregunta ¿realmente necesitamos algún estudio especial sobre este
asunto? Después de haber leído decenas de artículos de la Iglesia Universal de
Dios Universal (la WCG) y otras, también “sabatarias”, es oportuno
preguntarnos, ¿han entendido bien aquéllas iglesias tan esencial doctrina?
Después de estudiar, probar y demostrar, en los últimos años, gran cantidad de
material donde se defiende, y se ataca, el cumplimiento del Shabbath, entre
otras cosas el cuarto mandamiento, no podemos afirmar, con seguridad, que se ha
dicho la VERDAD sobre éste tema. Y después de todas nuestras oraciones, ayunos,
meditación y, finalmente, haber establecido que esos campamentos “religiosos”
no están familiarizados con los requisitos Escriturales, tan claramente
expuestos en la Torah, concluimos que no están cumpliendo a cabalidad con tan
esencial ordenanza!
Las
Escrituras nos dicen: "Buen entendimiento tienen todos los
que practican sus mandamientos" (Salmo 111:10). Lógicamente se
deduce que, cuanto mejor guardemos Sus mandamientos, será mejor entonces la
comprensión que se tiene de ellos. En estos días son muchas las "Iglesias de Dios" , grupos
que creen están cumpliendo con Sus Mandamientos pero, su existencia fracturada
y aislacionista, sus disputas políticas, sus predicciones erróneas, y su
disminución general, revelan una marcada falta de "buen entendimiento".
Si
vamos a crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Creador, una buena
comprensión se vuelve cada vez más difícil de alcanzar con esas enseñanzas
fraudulentas, y no podremos alcanzar el “entendimiento
correcto” que Él espera, y desea, de todos y cada uno de nosotros! Debemos
resistir a esos enemigos que están en
contra del Shabbath con una resolución firme y, tal vez, deberíamos ahora
reexaminar nuestro enfoque personal y determinado, en cuanto a cómo debemos
guardan el séptimo día santo. El temor de poder ser llamados “legalistas”, no
debe ser un obstáculo, y menos, hacer que nos avergoncemos.
Las iglesias todas, de factura humana,
siempre se han resistido a elaborar una lista de “cosas que se pueden o no hacer”,
con respecto al sábado. Tal lista se sugiere aquí en este pequeño estudio! Pero
antes de ello vamos a revaluar un concepto básico que siempre hemos entendido
hasta cierto punto, pero que se ha visto empañada por nuestras tradiciones
institucionales. Nos centraremos un poco acerca de una vieja idea que revela
fuerte contraste en lo que fueron formalmente las "zonas grises". Demos un vistazo más de cerca a lo que
los avezados observadores del sábado sugieren que el Shabbath es una “noticia vieja, pasada de moda y clavado en
la cruz" y
por ello perseguimos nuestros propios interese en Su día Santo ni hablamos de
ello como bien nos lo recuerda Isasías 58:13.! A continuación tal lista:
Comprar, Vender, y servir los
alimentos:
Sólo
se necesita un día de ayuno para que nos demos cuenta de lo mucho que nuestra
vida se centra en la obtención de alimentos para sobrevivir. De hecho, incluso
la más mínima restricción o limitación de comer como la de la observación de
los Panes sin Levadura, la adhesión
y práctica a las leyes que se refieren a carnes inmundas, o simplemente
mantener la moderación en la dieta, sirve para recordarnos una serie de
inquietudes espirituales consignadas en la Torah, la Ley. Tal vez esta es la
razón por la que nuestro ETERNO CREADOR nos
enumera que carnes comer, y cuales no. Debiera ser algo de no extrañar que la
comida sea el foco central de Su interés por nuestro bienestar en, al menos,
dos áreas principales de las Sagradas Escrituras Hebreas, donde se expone,
también, el mandamiento del Shabbath.
Muchos
de nosotros no "vamos de
compras", “hacemos diligencias
bancarias”, “hacemos la limpieza de
nuestra ropa en seco”, o cualquiera de otra “diligencia mundana” en el día de reposo (al menos, nunca nos
cogerían infraganti haciéndolo). No podríamos llevar nuestro coche a un cambio
de aceite donde otros "servidores" que efectúan esas tarea tan sucia
por nosotros. Muchos ni siquiera pagarían las facturas pendientes que llegan en
el correo un día sábado, prefiriendo ocuparse de ello en otro día. Sin embargo,
debido a que el sábado es sin duda un día de fiesta, y se pretende que sea uno
de alegría, tendemos comprar algunos alimentos y bebidas en ese día.
Consideramos que si vamos fuera, a un negocio de venta de comidas aprobado por
nuestra “iglesia”, ello es correcto porque es una parte integral de nuestra
celebración. Tenemos la impresión de que es perfectamente aceptable y “necesario” para que la fiesta,
en ese sábado, sea una delicia.
Todo
lo anteriormente expuesto parece tan elemental, y casi trivial, que
discutiremos cómo obedecer el mandamiento básico que, para muchos de nosotros,
ha sido la "línea a seguir" entre un trabajo y el desempleo, entre la
paz y las relaciones familiares conflictivas, entre si nos quedamos con nuestra
iglesia o la dejamos. Todos hemos sido educados, hace mucho tiempo, bajo los
fundamentos “espirituales” de las iglesias del mundo donde hemos crecido, pero
ahora estamos en busca de cosas más “profundas” que no son sino un llamado de
la carne. Sin embargo, a causa de la “concupiscencia
de la carne”, es posible que hayamos permitido ser engañados, a terminar
con esta Ley (que es pecado) y por lo tanto, perdemos el conocimiento que
proviene de una obediencia casi infantil, y simple. Al hacerlo, es posible que
nos neguemos una oferta rentable hecha, para nosotros los humanos, por el mismo
ETERNO CREADOR. Por otra parte, si hemos estado pecando, aunque sea
inadvertidamente, bien podemos ahora estar sufriendo las consecuencias naturales,
si es que no es un franco castigo por ellos.
La
gente sólo aprende lo que está dispuesta a conocer. La mayoría de nosotros
probablemente nos sentimos lo suficientemente contentos por la vaga impresión
que tenemos de que las Escrituras Hebreas, de alguna manera, nos permite la
compra de alimentos en día de reposo, y abrazamos la exención con una supuesta
impunidad. Sin embargo, si estamos dispuestos a saber a ciencia cierta, si
realmente estamos buscando una definición bíblica de cómo santificar el día de
reposo, es decir, cómo evitar profanarlo, deberíamos considerar, como un
ejemplo fundamental de la enseñanza inspirada. Este pasaje Nehemías 13:15 al 22 es
tan claro como cualquier escritura puede ser, libre de problemas de traducción
difícil o modismos hebreos oscuro. Es el tipo de paso que nos enseña a ir a la
primera cuando se trata de establecer la doctrina. Es fácil de entender, es el
informe sencillo de cómo, durante los días de las reformas de Nehemías, algunos
comerciantes estaban vendiendo (y de hecho, alguien iba a comprar) mercancía,
en particular y sobre todo alimentos, en el día de reposo. La reacción de
Nehemías con respecto a ésta práctica abominable no es de ninguna manera, un
misterio o algo vago. No existe nada en
su respuesta que nos in dique que pueden existir circunstancias atenuantes que
justifiquen tal transgresión. Su censura es rápida, segura, contundente y
directa. Él , en forma clara e inequívoca, condena tal práctica como algo mal
y profano (verso 17).
Ahora,
antes de continuar, vamos a examinar honestamente nuestra reacción ante esa
declaración. Incluso. entre nosotros los ardientes Sabatista, esa tendencia se da porque se niegan a
aceptar esta declaración tal cual es y se da con respecto a su verdadero valor
nominal. Seguramente que debe haber más en la historia de Nehemías. Esto tuvo
que ser específico en sus días y basados en el "viejo pacto" o
una “ley especial” que sólo ellos
estaban obligados guardar. Éstos deben ser versos de mitigación, por ejemplo,
en el Nuevo Testamento, que se debieran guardar. Las iglesias siempre han
permitido esta costumbre, y de hecho
animan a sus fieles a hacerlo, bajo el auspicio, quizás, de alguna de sus
autoridades eclesiales, aunque nos obstante las Escrituras Hebreas mismas declaren todo lo contrario.
Algunos podrían decir: "No hay
manera de salir a cenar en la noche del viernes después de una dura semana, o
recoger un café en camino a los servicios, o
comprar un sencillo cono de helado en una cálida tarde de sábado porque
es malo o profano!” es mal o profano!"
Aquí
mismo, en esta clase de conclusiones, si no tenemos cuidado, es donde la
comunicación puede romper con el crecimiento en el conocimiento (intercambio de
ideas) que, sin duda alguna, se puede atrofiar. A partir de este punto, el
resto de este estudio probablemente puede que sea visto desde una postura
defensiva, si no se leen en absoluto, y el autor es considerado como un
fanático farisaico. Sin embargo, ¿cuál es el punto verdadero en el estudio de
las Escrituras Hebreas, si es que no estamos dispuestos a considerar lo que aún
no se cree es la verdad? ¿Qué provecho hay en "escudriñar las Escrituras", si no se está buscando algo
que no se tiene? Tenga por seguro que la intención no es echar a perder
nuestras tradiciones con respecto al Shabbath o el montón de cargas que tienen
acumulados nuestros “días de regocijo”. Aquí no se presume nada que pueda
usurpar la autoridad que administra autoridad o corrección sino que,
simplemente, apuntamos a llegar a un posible punto ciego que bien pudo haber
obstaculizado nuestra correcta comprensión general.
Continuando,
pues, en Nehemías, encontramos un ejemplo antiguo de una técnica moderna para
frustrar la “naturaleza humana”, cual
es la legislación moral inherente Las órdenes dadas por Nehemías de cerrar las
puertas de la ciudad, desde el anochecer hasta el próximo, durante el Shabbath,
la de asignar guardas para prevenir el tráfico de mercancías. (Verso 19), el de
amenazar en prodigar castigo corporal a los vendedores rezagados que daban vueltos
por allí para vender sus mercancías fuera de la ciudad (versos 20, 21), y el de
establecer como guardias a sacerdotes en día reposo como un recordatorio
simbólico de ”no comprar ni vender”, es
decir NO hacer negocio alguno, es y fue correcto, todo dentro de la Ley, de la
Torah (verso 22). Fin de ésta historia
en particular!
¿Pudo
haber algo, en las Escrituras de la Antigua Israel, ser escrito para nuestro ejemplo, más sencillo
que esto? Un inspirado estudiante de las Escrituras bien puede encontrarse con
un doble significado en ésta historia en particular. Algunos erudito bien
podrían ser capaces de encontrar repiques de matices esotéricos hebreos y
encontrar, allí, algo de profundo significado profético. Sin embargo, el
significado primario, lo superior, parece ser tan claro como es posible, el
ejemplo de un libro de las Sagradas Escrituras que se interpreta a si mismo. ¡Comprar
y vender en día de reposo es profanarlo¿ Así de sencillo!
Sin
embargo, como se mencionó con antelación, existen argumentos que pueden ser
postulados para negar esta instructiva historia. De hecho, la mayoría de los
miembros de la Iglesia Universal de Dios basan sus observancias del Shabbath en
las objeciones ya citadas. Es verdaderamente increíble el grado al que pueden
llegar los seres humanas cuando racionalizan sobre los principios consignados
en las Escrituras Hebreao en que los seres humanos se atreven racionalizar.
Ahora, vamos a examinar de cerca estos argumentos y determinar si realmente hay
alguna insuficiencia legítima a través de nuestras propias tradiciones que
puedan surgir como justificadas.
¿Fueron solo las instrucciones
de Nehemías validas en su tiempo histórico?
El
breve resumen de los tiempos de Nehemías es suficiente para nuestros
propósitos. A los Judíos se les había permitido regresar del exilio,
reconstruir la ciudad de Jerusalén, y volver a dedicarse y seguir las Leyes
recién “descubiertas” de su Eterno Creador. (Es notable el paralelismo cuando
descubrimos la verdad). Pero Nehemías, reconociendo las tendencias rebeldes de
su pueblo, y el deseo de asegurar el
éxito en esa incipiente nación, y comprometido en una alianza legítima, se
compromete en una alianza que reitera la obediencia a esa Ley, y esboza algunos
detalles en áreas que necesitaban una atención especial, la de enseñarles la NO
compra, o venta, en día de Shabbath.
Nehemías 10:31.-“"Si los pueblos de La Tierra traen mercadería o comida
para vender en Shabbat, no
compraremos de ellos en Shabbat ni
en un día Kadosh (Santo). No plantaremos nuestros campos en el séptimo año, ni
cobraremos nuestras deudas entonces.
Ahora,
con estas palabras leídas, podemos concluir que era aceptable entre los Judíos
comprar y vender entre sí en el día de reposo, siempre y cuando no hacer
negocios con los extranjeros! Como es bien conocido, el comentarista de radio Rush
Limbaugh solía decir: "Vamos a demostrar lo absurdo con lo
que es absurdo". El paralelismo con nuestra época sería, entonces,
perfectamente adecuado para los miembros de las iglesias actuales que hacen
negocios, compran y venden, en el día Shabbath entre ellos, pero no con el
mundo exterior en general. Ridículo! Grotesco!
Más
plausible sería, tal vez, concluir que la noción sobre el "mal"
cometido por el pueblo que Nehemías condena en el capítulo 13, verso 17, es que
se rompía de forma manifiesta con lo descrito en el capítulo 10, lo cual era
más que un pacto especial para ellos, el poder llegar a ser una especie de
maestro de escuela ayudándoles a obedecer la Ley del Creador en ese preciso momento
histórico. Sin embargo, esto no puede ser toda la verdad. El aviso completo que
Nehemías quería comunicar fue el de: "¿Qué mala cosa es ésta que ustedes
está haciendo, profanando el día de reposo. Esto es justamente lo que sus
antepasados han estado haciendo, y por ello es que el Eterno Creador ha traído todo este
infortunio a ésta ciudad..."
(Nehemías 13:17-18) Sus antepasados también habían
hecho lo malo y profanaron el Shabbath, de la misma forma! Sus antepasados no
tuvieron nada que ver con este convenio, recientemente ratificado en el
capítulo 10, un acuerdo que incluía ahora sólo a los contemporáneos de
Nehemías! Estos antepasados tuvieron que ser aquella generación
anterior, los de la "mala suerte" [la cautividad de setenta años en
Babilonia] que cayó sobre su ciudad, sobre Jerusalém Entonces, ¿qué hacer por
lo que sus antepasados fueron tan malos y profanos? Era lo mismo que
la generación de Nehemías estaba haciendo, comerciaban, hacían negocios,
pasaban dinero y compraban comida y utensilios, de otros, en el día de reposo.
Cocinar, Hornear y Hervir:
Como
ya se mencionó anteriormente, una de las más básicas necesidades humanas, como es la de comer, la utiliza nuestro
Creador para demostrarnos importantes principios espirituales. La conocida
historia del maná en Éxodo 16 será,
de inmediato, familiar. No necesitamos
hacer ensayo alguno de los principios elementales de nuestra creencia sabataria
que nos proporciona éste capítulo. Todos estarán de total acuerdo que, por
ejemplo, este pasaje nos señala que la observancia del Shabbath ha sido parte
de la Gran Ley Espiritual desde su misma creación. Mas sin embargo, se
observará que el tema de la adquisición de alimentos es esencial en este tema.
Incrustado en el corazón de esta historia encontramos una simple referencia con
respecto a la cocina, que ha crecido hasta convertirse en una gran cantidad de
diferentes opiniones en cuanto a que lo que es un nivel aceptable de esfuerzo
en la preparación o la obtención de los alimentos en el día de reposo. El
versículo 23, de Éxodo 16, parece decir que toda labor en la cocina cocina, por
ejemplo horneado y cocción, se debe hacer en el día anterior y evitar hacerlo
en Shabbath. (Uno podría suponer que asar, freír, tostar, hervir, o cocinar en
el microondas también se restringiría, o que este requerimiento supone que
podría evadirse facilmente). Añádase a esto las prohibiciones erróneamente
aplicadas contra la recolección de leña en esa época (Número 15:32), y encender fuego (Éxodo 35:3), y este punto de vista parece bien sustentado. Nuestra
interpretación, entonces, ha sido que el versículo 23 debe referirse sólo a las
“labores pesadas" en la cocina. El escenario ideal, como enseñan las
iglesias del mundo, será familiar para la mayoría. Suntuosas comidas para la
familia y los amigos son una parte integral del regocijo sabatino, una
actividad que es altamente recomendable. Por supuesto, una cuidadosa
planificación y preparación son necesarias para evitar demasiado trabajo. Las
guías no oficiales son para que se hagan las compras; y la mayoría de la
cocción pesada para el día viernes, presumiblemente dejando sólo lo de la de la
cocción y los preparativos finales, para que se lleven a cabo después de la
puesta del sol.
La
intención fue siempre correcta y buena y, en un mundo perfecto, sería sin
objeción alguna, y ser una mejor y más preferida costumbre, cenar en Sabbath. Pero, como todos los que han tratado
de hacerlo, y de ello pueden dar fe, no está exento de pequeñas dificultades
persistentes. Justo ¿cuando la cocina se vuelve "pesada"? ¿En qué
punto nuestros huéspedes deciden que lo que estamos haciendo es pesado? ¿Cuánto
trabajo se puede hacer con anticipación y aún así poder dar una comida recién
preparada? Además ¿qué pasa con la limpieza? Ciertamente, muchos esposos
sienten que cualquier participación en esta área sería "romper" con
el Shabbath. Añada a esto el hecho de que la mayoría de la gente, hoy en día,
se van los límites de su tiempo. Tenemos casas ocupadas, donde la mayoría de
los miembros de la familia están en el trabajo, o en la escuela, toda la
semana. Luego hay un sinfín de tareas y recados que dejan muy poco o
ninguno tiempo de “preparación” en un
típico viernes. El sábado esta sobre nosotros antes que nos demos cuenta, y el
atractivo de ir sólo a comer y disfrutar de los frutos de la labor de otras
personas es muy fuerte.
Sin
embargo, una lectura cuidadosa de Éxodo 16 puede aliviar nuestra aprehensión.
El Eterno aquí, como en Nehemías, hace uso la adquisición de alimentos, no su preparación, para demostrar la
observancia del sábado. En cierto sentido, hizo un trato con el pueblo de
Israel. Si quieren salir a recoger maná, lo harán solo seis días a la semana,
Él proveería maná suficiente para el séptimo día. Para decirlo en otras
palabras, los israelitas debían trabajar y hacer todos su labores en seis días (Éxodo 20:9). Esa era su parte del
trato. No podían acaparar alimentos para pasar un día de trabajo porque el maná
se pudría en la mañana. Además, si deciden trabajar (hacer negocios) en el séptimo
día, su esfuerzo sería en vano, y eventualmente traer la correspondiente
desaprobación divina. Si ellos hacían su parte, el Eterno no sólo les
proporcionaría comida todos los días, sino que les permitiría reunir el doble en el sexto día,
acabando así con el asunto del día.
El
versículo 23 es la explicación de la última parte del trato. En él se describe
qué hacer con la doble porción que un israelita tendría a su disposición el día
viernes. Esta es la forma en la que estaría condicionada el guardar el séptimo
día santo. Tenían que aprender de esto, y no sólo qué día era el número siete,
(que bien podría haberse aprendido por un conteo simple), sino también cómo evitar profanarlo.
Fuere lo que fuere el Maná, aparentemente
tenía que ser cocinado o preparado de alguna manera antes de ser consumido.
Tenga en cuenta que las instrucciones específicas que el Eterno dio al pueblo
de Israel, por intermedio de Moisés, con respecto a la doble porción que
habrían de recoger el día Viernes:”” 16 Aquí está lo que YAHWEH ha
ordenado: cada hombre debe recoger de acuerdo a su apetito – cada uno cogerá un
omer
[dos
cuartos] por persona para cada uno en su tienda." 17 El pueblo de Israel
hizo esto. Algunos recogieron más, algunos menos; 18 pero cuando lo pusieron en
la medida del omer, los
que recogieron más no tuvieron exceso; los que recogieron poco no les faltó; no
obstante cada persona había recogido de acuerdo a su apetito '"(Éxodo 16:16-18)
El
CREADOR se encargaría de que esta porción extra de Maná no se pudriera
durante la noche demostrando, gráficamente, que ese día era Shabbath y que, al
igual que el Maná dado. se habrían de
considerar “santos”, apartados para un propósito especial. Una vez que la
mañana, la parte diurna del Shabbath había aflorado, el pueblo pudo ver y
constatar que la porción del santificado “Maná”
se había conservado sano y estaba apto para ser preparado y consumido.
En
absoluto, no hay restricciones aquí de cómo cocinarlo. En efecto, todo lo
contrario es evidente. No existe indicio alguno de que los israelitas hubiesen
de comerse el maná, en la forma como lo recogieron, ese día santo. Solo tenían que recoger una porción doble, en
el sexto día, hornearlo y hervirlo y comerlo ese día, y "santificar"
el resto. Luego, al día siguiente, el Shabbath, podían cocer o hervir y comer,
a sus anchas, esa porción milagrosamente conservada por acción del Eterno
Creador. Esto tampoco es como para
sugerir que lo pesado de la labor de cocerlo no se considere trabajo.. No
debemos esperar que una ama de casa, por ejemplo, que cocina durante toda la
semana, preparase con alegría una gran cena en día de reposo, porque debemos
descansar, también, de las intensas labores domésticas. Sin embargo, el punto es
que este versículo no prohibe que se cocine o prepare toda la comida del
Shabbath. Los israelitas vivieron esencialmente acampados en el desierto. Por
otra parte, como cualquiera que haya acampado, sabe que es necesario hacer una
cierta cantidad inevitable de "trabajo" para satisfacer las necesidades
básicas de supervivencia e higiene. Sin embargo La Ley del Shabbath, la de
descansar, es una de obligatoriedad ya sea cuando se cocine o haga labores
caseras, o se comercie algo o, como en este caso en particular, se gaste
energías para recoger el maná.
El
quid del asunto es este. El pueblo elegido fue señalado para que hiciera algo
muy diferente a lo que estaban acostumbrados a hacer – uno muy diferente del
que el resto del mundo ha estado haciendo y aún hace hoy día. No fueron creados
para que gastaran su tiempo y energía en la consecución de alimentos en día de
Shabbath. Al igual que los Judíos, en
los tiempos de Nehemías, no iban a gastar su tiempo y energía en la adquisición
de alimentos en el día Shabbath o Sábado.
Una
vez más, y sin duda alguna, hay implicaciones simbólicas en el ejemplo de la
recolección del Maná que pueden enseñarnos grandes lecciones espirituales.
Pero, también, nunca se podría decir que lo espiritual anula lo físico. Nunca
se podrá decir que se pueda mantener el espíritu de la ley sin guardar la letra
de la Ley. Recuerde, somos nosotros los que debemos defender el guardar el
mandamiento del Shabbath de aquéllos que usan su lógica muy personal para
acabar con tal práctica, además de ser un mandato de nuestro Eterno y Creador.
(Continuará....)