lunes, 20 de junio de 2011

L X X

Por: J.N.Robles Olarte
Cuando el Eterno Creador, finalmente, pose Sus pies en el Monte de los Olivos (Zacarías 14:4), y el rey David sea vuelto a la vida como el Mashiach prometido, Su plan básico será establecer el Reino o Gobierno del Eterno sobre el Monte Zión (Isaías 24:23), gobernando con justicia e imparcialidad. De ésta forma el Trono se establecerá con amorosa bondad (Isaías 9:7 & Isaías 16:5). Su camino será el mismo para todos Sus hijos.
En la primera porción del Génesis existe un texto muy interesante. Es aquél donde el Creador determina compartir con Abraham, -Su íntimo amigo- Su Plan de destruir totalmente a los malvados y degenerados de Sodoma y Gomorra. El pensamiento más íntimo del Creador fue el preguntarse a Sí mismo, “¿Esconderé de Abraham lo que voy a hacer? (Génesis 18:17). Existe SÓLO un lugar donde podremos llegar a conocer y comprender a cabalidad el CAMINO de nuestro Eterno Creador: Las Escrituras Hebreas, la Toráh o Antiguo Testamento, como ahora se le conoce! (Isaías 8:16/0)
La Ley del Creador es la Mishpath Hebrea. El moderno significado, en castellano, de “justicia o ley”, de ninguna manera tiene la implicación de “bella, altamente positiva y obligatoria” que tiene en su original Hebreo. En uno de los primeros Salmo , el doce (12) se describe la Ley como un “deleite” al cumplirla a cabalidad, en la que deberíamos meditar “día y noche”. Las Sagradas Escrituras siempre hablan de la Torah del Creador, de que es POSITIVA, para poder seguir Sus caminos, que es PERFECTA y RESTAURA nuestra alma (Salmos 19:7), que es la VERDAD (Salmos 119:142), que debemos AMARLA y MEDITARLA permanentemente, como hizo David (Salmos ll9:14), que ABRE nuestros ojos para que podamos ver las maravillas que allí se encuentran consignadas (Salmos 119:18). Todo esto anterior, por supuesto, no ha sido la forma como al mundo cristiano se le ha enseñado y por ello la han tildado de “Antiguo Testamento”, como si fuesen enseñanzas fuera de época, de contexto, y de validez alguna.
Continuando con la Ley o Toráh, dada por nuestro Creador, podemos afirmar que ella NO es la misma que se ha venido enseñando dentro del Cristianismos, dado que se la ha calificado de “Antigua” para hacer ver que la misma NO es válida para nuestros tiempos, que fue clavada en una cruz que sólo representa, en verdad, la maldad. El entendimiento que se le ha dado esta en directa contradicción con lo que se expone en las Escrituras Hebreas porque han sido “envenenadas” por una lucha manifiesta en los escritos del edomita Pablo de Tarso, y por una minuciosa y perniciosa posición negativa con respecto a las Sagradas Escrituras Hebreas. Todo lo anterior no ha sido sino una clara posición anti Judía que se desarrolló en el siglo segundo de nuestra era. Lamentablemente este ha sido el engaño más grande que se haya cometido contra nuestra civilización occidental, y de todo el mundo. Muchos son los Cristianos que han sido acondicionados a pensar negativamente con respecto a la LEY, considerándola “inferior”, “fuera de valor alguno”, y “sin un profundo valor espiritual práctico “. Eso, por supuesto, se lo debemos a la enemiga más grande que tiene y ha tenido la humanidad entera, Heylel”, el ángel caído, Satanás. La han reemplazado por otra “ley” de factura meramente humana, inspirada por aquél ángel caído!
La Toráh, o Ley, es el perpetuo soporte de conducta de la TZEDEKAH y la MISHPAT. Es lo que se conoce como EL TESTIMONIO. Las ideas del hombre con respecto a ello son infinitas pero, afortunadamente, la revelación definitiva de las mismas con respecto al Eterno son, de una vez por todas, las más específicas y verídicas porque son la PALABRA de nuestro Creador!
Todos los seres humanos desean con vehemencia el conocimiento de lo “supernatural”. Se puede afirmar que se trata de un deseo innato de todos y cada uno de los seres humanos, el de llegar a saber y conocer el “misterio” que se encierra en nuestra propia existencia. Isaías nos habla de un tiempo en el cual el Creador habrá de “esconder” Su cara, tanto del pueblo Hebreo como de las naciones y pueblos restantes del mundo. Por tal razón andan en la oscuridad y sin poder encontrar la respuesta correcta de lo que tanto desean con ansiedad: han buscado en el lugar errado! No han recurrido a la “fuente”, al Eterno Creador, a Su Palabra, la Toráh , al “testimonio” que bien puede satisfacer esas necesidades básicas.(Isaías 8:16 al 22).
Los verdaderos “discípulos” del Eterno Creador son todos aquéllos que se tornan a Su Toráh, la verdadera LUZ, en un mundo que aún está y anda en la oscuridad espiritual total! En ésta Toráh o Ley se encuentra el TESTIMONIO que es, virtualmente, el centro del sistema total de adoración que Él depositó en manos de Moisés. Ese “testimonio” no es oro que aquél que el Creador escribió con sus dedos en las dos “tablas de piedra”, y que dio a Moisés en el Monte del Sinaí: Los Diez Mandamientosa. Éstos han sido cambiados y tergiversados por el mundo, poniendo en su lugar otros que no son los originales dados a Moisés! (Éxodo 31:15)
Los Diez Mandamientos, o TESTIMONIO, son el centro y corazón de la Toráh! Nuestro Creador los expuso y escribió para Su pueblo, y no añadió nada más como bien nos lo dice Deuteronomio 5:19. En sí mismos están totalmente completos. Los otros mandamientos, estatutos, y ordenanzas, fueron dados para Israel también; SÍ, para Israel en primera instancia, para que los pusieran en práctica y los vivieran y pusieran como e ejemplo a las otras naciones que le rodeaban. Son ellas las aplicaciones de conducta esenciales de nuestro Creador para sus criaturas humanas. Éste “testimonio” ofrece, de una forma bella y diáfana, la descripción del Camino del Hacedor a seguir. Un camino de Justicia y Rectitud! Cada uno de esos mandamientos, inclusive el séptimo, el del día de Shabbath Sábado, fueron conocidos y practicados por todos aquéllos que conocieron al Eterno, desde Adán hasta Moisé.
Si bien la Toráh fue dada una vez, la misma es, esencialmente, universal, para toda la humanidad. Es a ella a la que debemos recurrir y derivar lo esencial de la verdadera fe. La mayoría de los gentiles han asumido que las enseñanzas de la Toráh son “algo de sabor Judío”, y la han considerado, por ello, como una “reliquia histórica”, irrelevante en sí misma, sin valor práctico en la actualidad, sobre todo en un mundo que se auto llama “cristiano”, A pesar de todo ello las Escrituras Hebreas nos enseñan que existe una sola forma válida para aplicar la fe de la Toráh: practicarla, vivirla y, como nos dice la SHEMA, llevarla en nuestro corazón, hablar de ella en todo momento, meditarla día y noche! Sólo se necesita repasar sus páginas, cualquiera que sea la sección de la misma, para llegar a comprender la relevancia vital e importante que tiene para toda la humanidad, como bien se describe e Levítico , capítulos 18 al 20, y Deuteronomio, capítulos 12 al 25!. Todos los seres humanos deberíamos saber que “no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que procede de la boca del Eterno Creador” (Deuteronomio 8:3).
La Toráh, se dirige, o más bien, tiene que ver con todos los aspectos de la vida humana: las relaciones sociales, la justicia económica, la salud e higiene, la ecología, la justicia criminal, la conducta sexual, y así sucesivamente. Ella es el bosquejo o anteproyecto del diario vivir, estructurada en principios hebreos, de un Camino de Vida dentro de la justicia y rectitud que tiene que ver con toda la humanidad! Hasta tanto el mundo no ponga su atención a esos principios descritos en la Ley, continuaremos sufriendo todos los males y horrores en los que se encuentran nuestras naciones y pueblos. Los profetas lo hacen muy claro en sus libros. El colapso de nuestras sociedades humanas, y el juicio que recae sobre todas las naciones, será el que se avizora en el ya cercano “Gran y Terrible Día del Eterno” expresado por los profetas. Todo ello en razón al desprecio mostrado por el mundo a ese “Camino de Vida” que se revela en la Tanakh (Isaías 24:59 al 66).Las Escrituras son mucho más que meros Mandamientos; llevan en sí una descubierta heredad fundamental para el original y verdadero devenir del género humano. Provienen del centro de lo fundamental, de la narrativa que sólo aprenderemos en los fundamentos de la Fe Hebrea original! Nuestro Creador es una DEIDAD de la historia humana. Su Camino y Su Plan de Vida han estado revelados en Su palabra, y se cumplen en el tiempo y en la historia!
Éxodo 7:16; Éxodo8:1 y 20; Éxodo 9:1,13 y 17, y Éxodo10:3 son citas Bíblicas donde el Eterno Creador llama a los Israelitas, Su pueblo escogido. Los llama también, Su hijo Primogénito, Su único como bien lo anota Éxodo 4:22 al 23. Delante de los ojos de Creador, Israel es SU PROMOGÉNITO. Para serlo, Israel tuvo que ser el primero en ser engendrado espiritualmente para merecer tal calificativo. No se puede nacer si no se ha sido engendrado espiritualmente. De ahí que Israel sea Su primer hijo, nacido en la carne, por Su especial deseo y disposición. De todas formas podemos aceptarlo o rechazarlo; pero tengamos en cuenta que lo anterior es una afirmación, es un hecho Escritural, hecho no por el hombre sino por el mismo Creador. Todos aquéllos que realmente amen al Creador, habrán de amar y aceptar ésta verdad como verdad única…y punto! Solo unos pocos de los hijos del Creador, un REMAMENTE muy pequeño, habrá de buscar al verdadero Creador de todo, habrá de buscar al Altísimo de Israel y de todo el pueblo Hebreo. Muchos serán los que han de rechazarLo porque se basan en sus erradas conclusiones que han obtenido de las enseñanzas paganas del mundo. Han rehusado aceptar Su maravilloso amor y misericordia. Ello ha sido la causa principal de los males que plagan a ésta sociedad mala nuestra!