C Á P
S U L A S
= L V
I I I=
Por: J.N.Robles Olarte
Es triste decirlo, pero los “Pastores” líderes
encargados de tal labor No CONOCEN sus responsabilidades
desde donde direccionan el destino del género humano! En principio
dos razones tienen la culpa de todo ello, 1) Han sido engañados por la falsa
educación materialista que han recibido de las religiones de turno, y de origen
humano que, prejuiciadas, rechazan con desdén la revelación genuina y divina de
nuestro ÚNICO Padre y Creador del universo, 2) Porque se ha perdido, como antes
hemos dicho, la llave que puede abrir, dar acceso, a ese conocimiento que sólo podremos
encontrar en las SAGRADAS ESCRITURAS HEBREAS. Ningún otro libro, ya sea el
Nuevo Testamento, el Talmud. El Corán, etc., puede suplir ese
conocimiento. La “llave vital” de ese
gran vacio en lograr conocerla radica, simplemente, en la carencia de llegar a
conocer la identidad de las grandes potencias mundiales de la actualidad, como
los Estados Unidos de Norte América, la Unión Soviética, China, Gran Bretaña,
Alemania, Francia y otras naciones Europeas Occidentales que las páginas de las
Escrituras mencionan muy a menudo…la improbable teoría de la evolución, no
comprobada aún, es la que ha sustituido
la verdad, y tomada como el concepto fundamental de una supuesta aproximación
al conocimiento racional. Estamos
invadidos por un avanzado “racionalismo ilustrado” que nos ha llevado al
obscurantismo, la confusión, y a la mala interpretación de la verdad. Estamos sumidos en una catástrofe intelectual
y espiritual por todo ello, gracias a Satanás y a las falsas religiones
generadas por ella!
¿Se mencionan acaso en las Escrituras, con
nombre propio, los Estados Unidos de Norte América, Gran Bretaña y otras
naciones como las del noroccidente de Europa tales como Holanda, Bélgica,
Francia, Noruega, Suecia, Dinamarca? Por
supuesto que si, y para ello es necesario conocer, estudiar, e investigar las
Escrituras Hebreas con una mente abierta, y sin prejuicios preconcebidos en
cualquiera de los grupos religiosos que nos invaden por todas partes. Existen profecías que se refieren,
definitivamente, a Rusia, Alemania,
Italia, Turquía, Etiopía, Libia y Egipto, de hoy. Por ejemplo, a Turquia se le menciona en las
Escrituras como Edom o Esaú, ya que
aquélla procede éste último. De igual
forma los diferentes grupos o naciones
Árabes provienen de los descendientes de Ismael; y a Rusia se le conoce
como Magog. Hay que comparar las líneas genealógicas descritas en las
Escrituras con las historias del mundo para poder descifrar sus orígenes y
nombres actuales.
La historia Escritural de naciones como Estados
Unidos de Norte América y Gran Bretaña es la más increíble que se pueda
conocer. Además de ser fascinante e
interesante se basa en las promesas que el mismo Creador les dio a Abraham y a
su pueblo en Génesis 12:1 al 3. Nótese el aspecto dual de tales promesas, 1) ““Haré de ti una “Gran Nación””, son Sus
palabras; ello denota promesas de
carácter nacional y material, además de prominencia por el hecho de ser el
Pueblo Escogido, 2) “”En ti TODAS LAS FAMILIAS DE LA TIERRA SERÁN BENDITAS””
Implica en si misma grandeza nacional y bendiciones para las demás naciones si
es que siguen las pautas del Eterno creador!
Estas bendiciones vuelven a repetirse, como para autenticar más su
genuinidad, en Génesis 22:18 y Génesis 17:5 al 9. La llave clave para poder obtener todo esto
radica en la OBEDIENCIA ABSOLUTA de Sus Preceptos, Mandatos, Leyes y Estatutos!
La grandeza nacional le fue prometida a Israel
–las diez tribus perdidas- , no así a los descendientes de la tribu de Judáh,
como bien nos lo describe Génesis 12: 1 al 3 y Génesis 17: 1 al 5. Éste hecho es bueno recordarlo porque Judáh,
que ha estado representando a la nación que hoy conocemos como Israel, se ha
adjudicando esas bendiciones tanto nacionales como . Ya lo dijimos antes, que a través de los
descendientes de Abraham, una de esas naciones procedentes de él, llegaría a
ser una GRAN NACIÓN, y que en él “todas las familias de la tierra” serían
benditas. Lo demuestra la historia del mundo y las profecías de las Escrituras
Hebreas.
Cuando se habla de “Gran nación” se refiere a
toda la tierra que abarca los cuatro puntos cardinales que Abraham podía
ver. Sus descendientes habrían de
recibir toda la tierra comprendida entre el rio Nilo y el rio Éufrates! Los
Judíos jamás han constituido varias naciones, sino UNA sola. Por su obediencia inquebrantable a la Señal del Día Sábado se
hizo acreedora a ciertas bendiciones también.
Las mismas se las juró el mismo Creador en Génesis 22:16 al 18. Vemos allí cómo es una promesa
INCONDICIONAL, puesto que ya Abraham
había cumplido su parte en tal evento. Un detalle adicional: ellos, los
Israelitas, las Diez Tribus, habrían de
poseer “las puertas de sus enemigos”. Si
estudiamos la historia del mundo constataremos que los pueblos de habla
inglesa, descendientes de las Diez Tribus, poseyeron todos los pasos o
estrechos y canales del mundo. En la actualidad ya todos ellos los han perdido
por su desobediencia! Ejemplos: el Canal de Panamá, el Canal del Suez, el
Estrecho de Gibraltar, como para nombrar unos pocos!
El Poderoso de Israel, el Eterno, volvió a
ofrecer Sus tremendas promesas tanto a Isaac como a Jacob después de habérselas
ofrecido a Abraham. El Creador rechazó a
Israel y otros descendientes de Abraham para que heredasen las bendiciones
otorgadas; sabemos cómo Esaú, hermano
mellizo de Jacob, vendió su Primogenitura a su hermano Jacob , por lo que el
Creador lo rechazó. Los derechos de
primogenitura confirmados a Isaac, los podemos leer en Génesis 26:1 al 5, donde
habremos de constatar los dos aspectos de tales promesas, tanto los de la
GRANDEZA como los de las BENDICIONES nacionales! (Génesis 27:26/29 y Génesis
28;13 al 14)
Después de los eventos anteriores, el Poderoso
de Israel le apareció a Jacob y le
cambió el nombre por el de ISRAEL. Ésta palabra proviene de la Hebrea “YISRA´EL” (Strong H-3478) que
significa, “Él gobernará como el Eterno Creador”. Por ello encontramos las expresiones “las muchas naciones” , “una nación
grande” y una “Comunidad de
Naciones” o “Compañía de
naciones”. Ya sabemos quiénes son
tales naciones, los Estados Unidos de
Norte América (una unión de Estados) y la Gran Bretaña (una Comunidad de
Naciones). Nuevamente aquí podemos observar que la promesa no se cumplió ni se
ha cumplido en los descendientes de Judáh,
aquéllos que conformaron la Israel de hoy día!
Génesis 49:10 nos relata, “De Judáh no se apartará el
CETRO, ni la vara de gobierno de entre sus pies, y le estarán sometidas todas
las Tribus hasta que venga el Shilo”. Éste verso puede tener dos
consideraciones, 1) Las promesas de bendiciones, de “una semilla”, el Mashiach,
a quienes muchos llaman “el cetro”, y 2)
el Cetro representa la “Vara” de quien gobierna, que denota “poder para
gobernar”, autoridad o Soberanía. El
CETRO, entonces, es una combinación de los dos aspectos ya citados. Ello se ha cumplido absolutamente entre los
descendientes de la tribu de Judáh. No
esta por demás aclarar el hecho de que la familia que ha gobernado en la Gran
Bretaña han sido de la línea de Judáh, del Rey David, al igual que la mayoría
de los presidentes de los Estados Unidos de Norte América!
En 1 Crónicas 5:1 al 2 se nos dice que a raíz
de que Rubén perdió su Primogenitura por haber profanado el lecho de su padre
Jacob, perdió y se cedió el mismo a José y sus dos hijos, Manasés y Efraím. Es así como José, no siendo el primogénito,
adquiere por voluntad del Creador y su padre Jacob, tal derecho; mismo que se
ha perpetuado hasta el presente, en sus descendientes. También lo obtuvieron
cuando Esaú vendió, por un plato de lentejas, la primogenitura a su hermano
Jacob, padre de José. Vemos cómo es doble ese derecho de primogenitura que les
corresponde legalmente tanto a Manasés
como a Efraím.
RECAPITULEMOS: la promesa del Cetro se le cedió
a Judáh y sus descendientes. Las
promesas de Primogenitura le correspondieron en realidad a los descendientes de
José, Efraím y Manasés. Aunque la
transferencia de tales derechos se hizo tanto a Efraím como a Manasés, los
otros hijos de Israel también obtuvieron sus respectivas bendiciones que se pueden
leer en Génesis 49. Tanto Efraím como
Manasés poseen el derecho legítimo de llamarse ISRAEL en honor de su padre
Israel, y no así Judáh y sus descendientes!
A Efraím siempre se le consideró, a pesar de ser el menor de los dos,
que llegaría a ser más grande e importante que Manasés puesto que es el
poseedor legal de la primogenitura.
Cuando en las Escrituras se habla de Israel , siempre viene a la memoria
el nombre de Efraím, y ella misma lo confirma.
Manasés también fue muy bendecido, llegando a constituir una
Mancomunidad de Naciones a nivel mundial,
como bien nos lo recuerda Génesis 48:l9.
A partir de Génesis 48:16 tanto Efraím como
Manasés adquieren el calificativo de ISRAEL,
mientras que Judáh vino a constituir solamente otra nación completamente
diferente, la que habría de poseer el Cetro!
Ni a los descendientes de Efraím, como a los de Manasés, se les ha
concedido con el calificativo de Judíos por la sencilla razón de que no lo son en verdad, además de haber
perdido su identidad a partir del momento que estuvieron cautivos en tierras de Babilonia.. De ésta forma
nuestro Eterno Creador dividió,
las dos fases de los bendiciones/promesas hechas a Abraham, entre dos naciones
absolutamente separadas, Israel y Judáh.
Muchos se han preguntado el por qué Israel se
convirtió en las DIEZ TRIBUS PERDIDAS.
La razón es muy sencilla; simplemente porque dejaron de obedecer al
creador y cometieron adulterio espiritual adorando baales e ídolos; además,
dejaron de guardar la Señal del día Shabbath, por lo que llegaron a ser
considerados gentiles, perdiendo así su verdadera identidad nacional. Éxodo 31:12 al 17 bien nos recuerda que el
Creador hizo del Shabbath el
Signo/Pacto entre él y Su pueblo Israel! Y quien no lo guarde NO
pertenecerá a Su pueblo. Así de
sencillo!
Un “Signo o Señal” es algo que identifica. El Creador descansó, bendijo, santifico, puso aparte, separó UN DÍA para que el hombre
descansara de su obra y Le adorara a Él en verdad y amor profundo. También fue,
y es, un día en el que habríamos de recordar siempre Su creación. La creación
misma es una prueba de quién es el Poderoso de Israel, y lo identifica como el
verdadero CREADOR de todo. La intensión
y propósito verdaderos del día Shabbath es mantener al hombre en el
conocimiento del único Soberanos del cosmos.
Es así cómo el Shabbath identifica a ISRAEL como el verdadero pueblo del
Creador. Puesto que Israel rechazó el signo/señal, fueron expulsados y
perdieron su identidad.” (Ezequiel 20:10 al 24). Pero a pesar de ello, estén donde estén, sean
quienes sean, son ellos, Israel y no los Judíos quienes tienen derecho a la
primogenitura a partir de los años 1600 de nuestra Era Común. Son ellos, los de
la nación de Israel, los que heredaron las INQUEBRANTABLES promesas hechas a
Abraham como las de grandeza nacional, recursos de toda clase, riquezas y
poder!
Todo lo ya expuesto acerca de Israel nos lleva
a concluir que Israel, hasta nuestros días, nunca ha retornado a su tierra de
origen, Samaria. De Asiria, donde
estuvieron en cautiverio, se han trasladado, con el transcurrir del tiempo, a
otras naciones del mundo. Samaria fue
repoblada por con otros pueblos
gentiles, que aquéllos había conquistado.
Es así como Israel, la Casa de Israel, ha permanecido sin rey (Oseas
3.4), y no retornaron, como muchos lo suponen, a Palestina con los de la tribu
de Judá, en los días de Esdras y Nehemías. Aquéllos que retornaron, después de
los 70 años de cautiverio, fueron los de la Casa de Judáh, con remantes de Benjamín y
Leví.
Judáh también fue llevada a cautividad
precisamente por haber abandonado la “Señal” del pacto, el Shabbath. Permanecieron cautivos en babilonia por 70
años, 130 años már tarde que los de la Casa de Israel en Babilonia; muchos de
ellos retornaron a sus lugares de origen como bien nos lo narra Esdras 2:11 y
Esdras 1:5, y reconstruyeron el Templo.
Hasta nuestros días los Judios ortodoxos guardan el Shabbath, y por ello
es que el mundo los mira como la Casa de Israel. Si en la actualidad fuéramos a Jerusalém constataremos que la nación, como tal, no
guarda realmente el Shabbath. Su último rey fue Zedequías, a quien le sacaron
los ojos, y sus hijos fueron muertos en su presencia por orden de
Nabucodonosor. El profeta Jeremías fue el escogido para salvar y llevar hacia
el norte la semilla que habría de dar continuidad a la línea real procedente de
David. Esta es una de las historias más fabulosas e increíbles de la forma cómo
el Creador actúa en bien de Su pueblo, y que podemos leer en los capítulos 40
al 43 de Jeremías y en el capítulo 21 de Ezequiel.
Una nueva tierra se le habría de asignar a la
Casa de Israel, desde donde se habrían de mover más de acuerdo a lo profetizado
en 2 Samuel 7:10. Existe en la
actualidad, y siempre se ha distinguido por ser una nación poderosa, de muchas
riquezas, una tierra donde se habrían de establecer por gracia del
Creador, 140 años después de su original
cautividad, y con la ayuda del Profeta
Jeremías. Ha sido considera como otra
nación gentil más. La ubicación de éste
pueblo está ubicada al ”norte” de Jerusalém, el lugar donde
Jeremías plantó la simiente de David, hace más de 2500 años!
Son variadas las profecías que nos dan una luz
para poder descifrar qué lugar es ese. Las podemos encontrar en Oseas 12;1 al
2, Salmos 89: 25 al 26, Jeremías 3:11 al 18, Oseas 11:8 y 10, donde encontraremos las palabras claves como
“islas”, “mar”, “occidente”, “norte”. Es así como la Israel de hoy, de los “días del fin”
(Jeremías 30:2,4,9), es decir Efraím (Jeremías 31: 6 y 9), y “Samaria” (Jeremías
31:5) dominan en “las costas del mar” (Jeremías 31:8) y se han dispersado por
sus conquistas a otros lugares del planeta, se encuentra al noroccidente de
Jerusalém, y en el “mar”. Si leemos a Isaías 49 encontraremos allí más detalles
interesantes con respecto de ésta maravillosa historia en donde el Eterno
Creador ha tenido metida Su mano a favor de Su pueblo, ISRAEL!