sábado, 23 de abril de 2011

C Á P S U L A S
= L X I V=
Por: J.N.Robles Olarte

Entre otras de las maravillosas promesas de nuestro Creador para con Su pueblo Israel y naciones y pueblos del mundo tenemos la de “Y quitaré en éste Monte (nación de Israel) el velo de las caras de los hombres, la que cubre a todos los pueblos del mundo,. Y la COBERTUTA (ignorancia espiritual) que está tendida sobe todas las naciones Destruiré Yo a la muerte por mano de los hombres PARA SIEMPRE, y el Eterno enjuagará las lágrimas de sobre todas las caras, y quitaré el OPROBIO de MI pueblo de sobre la tierra, porque el Creador lo ha dicho…Confiad en el Creador, para siempre, porque en Él, el Creador, está la ROCA de la eternidad! “ (Isaías 25:7,8,26 & 26:4)

Veamos más promesas de parte del Creador para con Su pueblo y el resto del mundo, en los ya próximos “aquéllos días del fin”, “Entonces morará la RECTITUD en el desierto - desierto espiritual en el que está el mundo - ., y la justicia habitará en el campo fructífero: y la operación o funcionamiento de la justicia será la PAZ, y el resultado de la JUSTICIA, será la calma y confianza para siempre. Y Mi pueblo habitará en mansiones de paz, en moradas seguras, y en descansaderos tranquilos” Todo lo anterior será posible “hasta que sea derramado sobre nosotros el ESPÍRITU desde lo alto, y el desierto se convierta en campo fructífero sea reputado como selva” (Isaías 32:16/18, 15)

El Creador, el Soberano, está en la meta de producir una familia Suya en, y a través del hombre. El último y más trascendente PROPÓSITO del Soberano es más que increíble, algo más allá de las palabras que la puedan describir; es decir, el establecimiento, de nuevo, de la Antigua Nación conocida como Israel, como una parte integral de Su “Supremo Plan Maestro”. Es un hecho que, siete generaciones después del Diluvio, el Creador encontró un hombre que pudiese obedecerle totalmente. Hombres y mujeres como Abraham, es lo que Él necesita para constituir una familia. De esa misma clase fue David, Hijo de Jessé (Yishai) . Imitemos a esos dos grandes hombres ejemplares para que podamos complacer y agradar al Creador de todo!

“Decid a los que son de corazón tímido: ¡Sed fuertes! ¡He aquí a vuestro Eterno Creador! La venganza viene, la retribución del Creador¡ ¡Él mismo Creador vendrá y os SALVARÁ! En ese entonces, en “aquéllos días”, serán abiertos los ojos de los “ciegos espirituales”, y los oídos de los otros que no han querido oír serán destapados…el cojo saltará…la lengua del mudo cantará…brotarán aguas del desierto y del yermo…la tierra abrasada será laguna…el país árido será manadero de aguas…donde habiten los chacales serán criaderos de juncos y cañas…y una calzada y camino llamado “camino santo” será para los del pueblo santo…” (Isaías 35:5,6,7,8)

Recordemos siempre lo que Génesis 17:1 al 8 nos informa. Son palabras que nuestro Creador nos da, son los primeros visos de grandes bendiciones nacionales que Él da a Su pueblo Israel. Allí podemos notar con claridad la incondicionalidad de las mismas, basadas en la OBEDIENCIA de un hombre, de Abraham y de sus siguientes generaciones. Observemos que las naciones y reyes provendrán de Abraham, de sus descendientes físicos, que es plural, y que no se refiere a UN solo heredero de Abraham, sino a múltiples herederos que procederán de él. Habla de “reyes” y “naciones”, y no solo de un rey o nación. Ese Pacto, realmente, no lo ha sabido guardar el pueblo que Él escogió, ISRAEL, para que fuese un modelo a seguir por las demás naciones de mundo. Por esa razón es que nuestro Padre esta DESCIONTENTO con nuestra testarudez y desobediencia.

“Más tú Oh Israel, siervo Mío, JACOB, a quien He escogido, simiente de Mi amigo Abraham, tú de quien He echado mano desde los extremos de la tierra, y desde las más nobles naciones de ella te he llamado, y te He dicho: “Tú eres Mi siervo: te he escogido; y no te He desechado; no temas, porque contigo estoy Yo! ¡No te desanimes, porque Yo Soy tu Creador y Soberano! Te fortaleceré, y te ayudaré, y te sustentaré con Mi diestra que obra justicia. He aquí que serán avergonzados y confundidos todos los que aíran contra ti, Israel; serán como una nada, y perecerán los hombres que contiendan contigo…porque Yo, el Creador, tu Soberano, Soy quien tiene asida tu diestra, y quien te dice: ¡No temas, Yo te ayudo! No temas, oh gusanillo de Jacob, y vosotros, los hombres de Israel; Yo te ayudaré, dice el Creador; y tu REDENTOR es el Santo de Israel! (Isaías 41:8.9.10,11,13,14)

Lo que las iglesias cristianas no se atreven a enseñar, y menos aceptar, lo siguiente, “…no temas, porque Yo te REDIMIR: te He llamado por tu nombre; Tú eres Mío…porque Yo Soy el Eterno, tu Creador, el Santo de Israel, SALVADOR tuyo: Yo daré a Egipto por tu rescate, y a Etiopía y Sabá en lugar tuyo. Porque eres precioso a Mis ojos, honorable, y Yo te amo, por tanto daré hombres en tu lugar, y pueblos por tu vida. No temas porque Yo estoy contigo; traeré tus hijos desde oriente, y del occidente te recogeré, a cada uno que es llamado según Mi Nombre, y a quien Yo he creado, He formado y He hecho en honor Mío. Sois Mis TESTIGOS y Mis SIERVOS a quienes He escogido para que sepáis, y Me creáis, y entendáis que YO SOY SOLO , antes de Mí no fue formado Deidad alguna, ni después de Mí habrá otro creador. ¡Yo Soy el HACEDOR, y fuera de Mí no hay otro SALVADOR…y desde que el día existe YO SOY; y no hay quien libre de Mi mano: Yo haré, y ¿quién me lo estorbará?...vosotros sois el pueblo que formé para Mí, para que cuenten Mis alabanzas…Yo, Yo Soy aquél que BORRO VUESTRAS TRANSGRESIONES a causa de Mi mismo, y no Me acordaré más de tus pecados…así dice el Eterno, el rey Supremo de Israel, y su REDENTOR, el Señor de los Ejércitos Celestiales: “YO Soy el PRIMERO y Yo Soy el ÚLTIMO, y fuera de Mi no hay ni existe Creador alguno…”” (Isaías 45:3,4,5,7,10,11,13,22,25 & Isaías 44:6)

Hemos hablado ya de las BENDICIONES que el Creador le prometió a Abraham, su amigo. Éstas promesas fueron prometidas, de nuevo, a ISAAC, hijo de Abraham, y a Jacob, hijo de Isaac. Después de 430 años el Creador puso en pié a Su nación a Su nación amada, Israel, . El Eterno le cambió el nombre a Jacob por el de ISRAEL. Para poder conducir la salida de Su pueblo de Egipto, Él escogió a MOISÉS para que los llevase a la Tierra Prometida, la Tierra Santa. Es de anotar aquí que, en principio, Moisés no estaba buscando al Creador. Fue el mismo Creador quien hizo que fuese criado, especialmente, dentro del palacio de Faraón para ésta labor, criado como un príncipe. Él lo llamó, para tal labor, porque vio en él las capacidades necesarias para efectuarlas: fidelidad, fortaleza, empuje, y convicción total en Él. Al final de esos 40 años, Moisés muere. Le sigue Josué, su ayudante, quien los guía a través del Rio Jordán a la Tierra prometida. Muere Josué, y el pueblo inicia, de nuevo, su actitud de desobediencia. Éste proceso se repite una y otra vez en la historia de nuestro pueblo Hebreo, desafortunadamente!

Siguiéndole el hilo a la historia del pueblo Hebreo nos encontramos que, después de unas pocas generaciones, y en atención de la permanente desobediencia a las propuestas de nuestro Creador, Él les provee de Profetas para que los pueda guiar. Entre ellos existió uno muy especial, el Profeta Samuel. A pesar de que el Eterno fungía hasta ese entonces como su Rey, el pueblo deseó ser igual a las otras naciones que le rodeaban. Samuel se resiste a ello, pero el Creador le dice que haga la voluntad del pueblo, que no es a él a quien repudian sino al mismo Hacedor. Es un hecho histórico que el hombre, en su egoísmo, no desea cumplir con lo estatuido por el Creador, y siempre ha pretendido saber más que su propio Creador. A pesar de ello es tanto el amor del Eterno por Su creación que nos recuerda con voz amorosa, “Así dice el Eterno Creador, el Redentor de Israel, y su Santo, el que ha sido despreciado por los hombres, el abominado de las naciones, al siervo de los gobernantes: Reyes se habrán de levantar, y te verán: príncipes se postrarán a causa del Eterno Creador, quien es fiel, del Santo de Israel que te ha escogido; ¡Oh si escucharas Mis mandamientos! Entonces tu paz fuera como un río, y tu salvación como las olas del mar, y tu linaje fuera como la arena, y el fruto de tus entrañas como los granitos de ella” (Isaías 49:y & Isaías 48:18 al 19)

El primer rey sobre Israel fue SAÚL, escogido por el mismo Creador. No supo ser fiel a Él, a Su llamado y fue reemplazado por David, de la línea de la Tribu de Judàh, del tronco de Jessé. Le sucedió, en su orden, SALOMÓN, reino que termina en dois reinos por su desobediencia. Uno al Norte, Israel, y otra al Sur, Judáh. El rey del norte fue JEROBOÁM, quien cambió el día del Shabbath por el Domingo, llevando a su pueblo a la adoración de Baales, al pecado. Éste sabía que el Shabbath o Sábado se estableció como una SEÑAL y PACTO entre el Creador y Su pueblo, para siempre. Señal y Pacto que identificaría y los diferenciaría de los demás pueblos y naciones de su alrededor!

La creación toda es la prueba fehaciente de UN Soberano y Eterno Creador, quien descansó el día séptimo, Shabbath de toda SU obra (Génesis 2:2&3) . Nunca, en toda la historia del género humano, ha habido pueblo alguno que se haya dispersado, crecido y multiplicado tanto como el pueblo Hebreo! Su acción en otras naciones y pueblos ha sido de gran importancia, aunque la historia no lo mencione. Las riquezas por ellos producidas han sido las generadoras de poder, conocimiento y cultura. Todo ello en razón de las bendiciones que el Creador prodigó a Su pueblo escogido. Es de anotar que en las Escrituras, cuando se habla de los “Judíos”, se refiere a los miembros de la Tribu de Judáh, Benjamín y una pequeña porción de Levitas. En términos generales, también se refiere a David como su figura más prominente dentro de la de Judáh, ya que él es el portador del Mesiazgo prometido por el Creador a Israel y al mundo..Es el único Mesías o Mashiach prometido. No existe, NI ha existido otro que no sea DAVID!

Tanto es el amor del Eterno profesa por Su pueblo, quien Le ha olvidado una y otra vez, que les anuncia, “”Mi pueblo llegará a conocer Mi Nombre: por tanto en AQUÉL DÍA conocerán que YO SOY aquél que les dice: ¡Heme aquí He aquí que Mi siervo David tendrá éxito: será elevado, puesto en alto como Mashiach, y muy ensalzado…Inclinad vuestro oído, y venid a Mí –escuchad y vivirá vuestra alma!, y Yo haré con vosotros PACTO ETERNO, el de las misericordias prometidas a David, Mi Mashiach…He aquí que le He puesto a él por TESTIGO a los pueblos, por CAUDILLO y COMANDANTE de pueblos…Mi compasión no se alejará de ti, Israel. Ni será removido Mi Pacto de Paz, dice el Eterno Creador que se compadece de ti…porque Mis pensamientos NO SON VUESTROS PENSAMIENTOS, ni vuestros caminos son Mis caminos, dice el Creador…la palabra que sale de Mi boca NO VOLVERÁ VACIA A Mí, sino que efectuará TODO lo que Yo quiero, y PROSPERARÁ en aquello para lo que Yo la envié.””(Isaías 52:6,13, 55:3,4, 54:10, 55:8 y 11)