sábado, 8 de noviembre de 2014

Estudios Bíblicos basados en las Sagradas Escrituras Hebreas

C Á P S U L A S
L X X I I

Por: J.N.Robles Olarte


Para ser JUSTOS y poder recibir las bendiciones de nuestro Padre, deberíamos poner en práctica los que nos ilustran las siguientes Escrituras:  Salmos 5:12 y13, 11:7, 15:1 al 2, 34:15,17, 37:29, 89:14; Proverbios 12:21, 18:10 e Isaías 60:21..  Serán justos quienes permanezcan delante la presencia de nuestro Creador y padre.  Así que hagamos lo que es recto ante  Sus ojos, obedeciendo Su palabra, los mandamientos.  Los inicuos harán, por supuesto, todo lo contrario!
Nuestro SOBERANO y CREADOR tuvo cuatro (4) siervos importantes para hacer conocer Su palabra y Sus Profecías:  Isaías, los Hijos de Israel, el rey Ciro, y el rey David, a quienes encontramos entretejidos en las Sagradas Escrituras.  Los “hijos de Israel” lo conforman dos grupos o tribus: La Casa de Judáh,  constituida por Judáh mismo, Benjamín y porciones de la tribu de Leví;  La Casa de Israel la constituyen Aser, Dan, Efraím,  Gad,  Isacár,  Manaseh,  Neftalí, Rubén, Simeón y Zabulón.  El contenido del libro de Isaías nos demuestra la naturaleza dual del llamado que nos hace el Creador.  Muchas de las profecías, en los primeros treinta y nueve (39) capítulo, nos advierten de la destrucción del pueblo; misma que no es sino la consecuencia lógica e inevitable del pecado, Su labor es la de advertirnos para que nos preparemos a recibir el más severo castigo imaginable! Que el mundo haya visto!
El capítulo 49 de Isaías es uno de los más hermosos que él haya escrito. Se trata de expresiones personales tanto de David como del mismo Creador, en cuanto al futuro glorioso de Israel en los años que siguen a los “Días de Pena y Dolor de Jacob”. Ello debido a su desobediencia. Allí el Eterno habla de David y con David, de su labor importante cuando sea “alzado de la tumba” para que sea Su Mashiach  Prometido, el Ser Espiritual que habrá de traer de nuevo al  pueblo al seno de su Creador..  Éste es uno de los “Misterios de las Edades” que no sólo trata del rey David sino que es una profecía de lo que el Rey David habrá de hacer después que haya sido vuelto a la vida espiritual, que el Creador mismo le ha asignado como a uno de Sus hijos más preciados.  En sus 26 versículos se resumen toda la labor que habrá de hacer David y la maravillosa realidad que, al fin, el pueblo del Creador tendrá como “herencia eterna” a Su lado! ¡Bendito y alabado sea Su Nombre para siempre y por siempre!
Las SAGRADAS ESCRITURAS HEBREAS, de Israel y para Israel, están completas! En la Toráh, la Nevi´im y el Kethuvim tenemos todo el conocimiento vital para nuestro diario vivir, si es que estamos dispuestos a agradarLE, y con ello, obtener la “vida eterna”, la salvación tan anhelada!   Es un hecho que nosotros los humanos necesitamos de una esperanza, esperanza para el cercano y lejano futuro, esperanza para aquéllos que se nos han adelantado en la muerte.  La palabra del Santísimo nos da esa esperanza! Desde la misma creación tenía Él ya preparado un plan para la obtención de esa “vida para siempre” si es guardáramos Su Plan de vida eterna.  De otro lado, la desobediencia a ese “camino de vida” era y es la muerte eterna. Así de simple!  En las escrituras no existe mención alguna del concepto que se encuentra en el Nuevo Testamento de una “segunda muerte”, de una “resurrección del lago de fuego”.  Esos conceptos, al igual que otros más, son de origen oriental, vienen directamente de la “Religión de los Misterios”, de Babilonia!
Aunque cierto número, muy pocos en verdad, de antiguos Patriarcas obtuvieron la “salvación”, ésta es la esperanza y destino glorioso de Israel toda, del pueblo Hebreo, y que encontramos detallada en las Escrituras. Sin duda alguna que Ezequiel 37 habla de una “futura resurrección” del pueblo de Israel. Ello se torna más alentador cuando lo comparamos con lo que nos dice Isaías 26:19. Las Escrituras lo rinden así,  “Tus muertos vivirán, y mi cuerpo muerto habrá de levantarse.  Despertaos y gritad gozosos vosotros los que moráis en el polvo”. En la Tanakh podemos leerlo así, “Oh, dejád que vuestros muertos vivan! Dejad que los cuerpos muertos se levanten. Despertad y gritad gozosos vosotros los que moráis en el polvo” Para entender completamente que la salvación de Israel, prometida por nuestro creador, es decir, obtener la vida eterna, debemos considerar a Ezequiel 34:23.  Se cumplirá al pié de la letra la orden de. “…y David, Mi siervo, vendrá a ser Mi Príncipe PARA SIEMPRE” (Ezequiel 37:25). No será, por supuesto, el Hombre de Galilea, el Jesús del Nuevo Testamento,  sino DAVID quien será el Mashiach prometido….para siempre, para toda una eternidad!
El SANTÍSIMO DE ISRAELnos ha dado la promesa de “vida eterna”, y Su palabra no puede ni podrá ser quebrantada.  Con el propósito de redimir, es decir obtener, esta promesa lo que sólo necesitamos hacer es entender la simple fórmula de solicitar a nuestro Creador Su perdón y, después, caminar en todos Sus Estatutos y Juicios! “Buscad al ETERNO mientas pueda ser hallado…deje el malo su camino y el inicuo sus pensamientos…porque Él perdona mucho…Mis pensamientos no son los vuestros, ni vuestros caminos son Mis caminos…” (Isaías 55:6 al 9)
En Daniel 12, versos 2 y 3, podemos encontrar referencias de dos resurrecciones que se habrán de efectuar en el futuro cercano. :este es otro de los “misterios” del Anciano de Días porque tiene que ver con la vuelta a la vida en “carne, sangre y hueso”. Sin embargo la otra resurrección está plenamente aclarada en las Santas Escrituras, y hacen referencia tanto de la resurrección a la vida eterna, como a la resurrección para la muerte eterna.  El número de personas que encararán la muerte eterna será, afortunadamente, pequeño. Serán aquéllos que llegaron a conocer personalmente al Eterno Creador, Su palabra y Su camino, pero decidieron luego darLe  la espalda. Mientras que los otros fueron y son los que nunca han llegado a conocer al Creador, Su palabra y Su camino de vida.  Ezequiel 37, versos 1 al 6, hacen una descripción completa de esto anterior, por lo que lo invitamos a que lo lean muy minuciosamente!  Ya dijimos que las personas que serán resucitadas en “carne, sangre y hueso”, serán aquéllos que NO FUERON LLAMADOS por el Eterno durante su vida terrenal, y no llegaron a conocerle de ninguna forma. Si lo hubieran hecho, bien podrían resucitar a la “vida eterna”  o a la “muerte eterna”!  Recordemos aquí las palabras de Daniel, “aquéllos que conocieron a nuestro Creador, y siguieron Su camino HARÁN TORNAR A MUCHOS a la Justicia”  Éste grupo será, por poco, la gran mayoría que no fueron justos antes de morir, por la sencilla razón que no fueron expuestos a la VERDAD de quién es Israel y quien es el Santísimo de Israel.  Serán enseñados, como ya dijimos, por aquéllos que conocieron a nuestro Creador y vivieron en base a Sus leyes, Preceptos y Mandatos, como bien lo afirma Daniel 12, en su verso 2! Todo esto es reconfortante porque sólo aquéllos que se dieron a la herejía, y despreciaron el Camino y Sus enseñanzas, no podrán estar con Él en ese Maravilloso Mundo de Mañana! Ésta, en verdad, no es una segunda oportunidad, sino la primera y única oportunidad que tendrán;  para ello se les dará 100 años de vida para que aprendan el Camino correcto. También es reconfortante porque SÓLO los Herejes y Rebeldes serán malditos, y no estarán allí en la resurrección ante lapresencia del Eterno Creador!

El tema central del Cristianismo -y es bueno recordarlo en  ésta tan mal llamada “Semana Santa o Semana de la Pasión”- y del Nuevo Testamento es la ofrenda sacrificial de la sangre de “Jesús el Cristo” como reparación o expiación de todos los pecados del mundo. Dicen ellos, “La Sangre de Jesús” fue derramada por nosotros, y es el único medio de obtener la expiación de los pecados cometidos. Éste concepto o idea NO ES, en realidad, la que un Creador amoroso y misericordioso como el ALTÍSIMO requiere y ordena en Sus Sagradas Escrituras a Sus criaturas a quienes tanto ama.!   Por otro lado los Cristianos manifiestan, que la absoluta necesidad del derramamiento de sangre se fundamenta en la Ley o Torah dada a Moisés por el Eterno en el Monte Sinaí, y para ello citan a Levítico 17:11. Si hemos aprendido a leer bien, inmediatamente se nos haca aparente que allí sólo se hace una prohibición. la de “consumir sangre”; por ende el tema de la “expiación” es secundario. Lo que SÍ ES CIERTO es que el “consumo de sangre” fue una parte muy importante dentro de las PRÁCTICAS IDOLÁTRICAS de los pueblos y naciones que rodeaban a Israel ,en ese entonces. A Israel le fue prohibido, explícitamente, por el mismísimo ALTÍSIMO DE ISRAEL, el NO IMITAR ésta aborrecible y horrenda práctica pagana. Una y otra vez los Profetas, en sus libros, enfatizan que la ORACIÓN y el ARREPENTIMIENTO son el mejor método para reparar o expiar los pecados. No es necesario que NADIE muera por nosotros, por aquél principio Bíblico, tan cierto y de valía,  que “cada quien pagará por sus pecados” Léanse las siguientes Escrituras para una mejor ilustración: Jeremías 36:3, Isaías 55:7, 2n Crónicas 7:14, Ezequiel 18: 21,22,27,30, Proverbios 16:6, Job 22:23 al 27, Isaías 1:11 al 18, Proverbios 15:8 y 21:3, Oseas 6:6, 1 Samuel 15:22, Miqueas 6:6 al 7!

Las SAGRADAS ESCRITURAS de Israel son muy claras con respecto a la ORACIÓN.
Ésta, que es una actitud de humildad y, sobre todo, una de arrepentimiento sincero, es lo que el Altísimo y Eterno  requiere de Su pueblo con el propósito de que pueda obtener el perdón de los pecados.  No ponga en duda que el Creador conocía, con miles de años de anticipación, que habría de llegar un día cuando alguien llegaría a depender de la sangre “deificada” de un ser humano, como un sacrificio que, vicariamente, reemplazaría la OBEDIENCIA  a Sus Leyes.  Es evidente para cualquier jo que desee ver la verdad que una comparación entre las Sagradas escrituras de Israel y el Nuevo Testamento griego  -de Baal-  se basen en dos religiones completamente diferentes y antagónicas.  En la primera se deifica al Único y Verdadero Creador y Eterno Padre de Israel, y en la otra a uno de los muchos dioses salvadores mitológicos procedentes de la los MISTERIOS DE BABILONIA.  Llegará el día, “aquél día”, cuando el VERDADERO Mashiach o Mesías venga y anuncie una era de paz, cuando TODAS las naciones y pueblos CREAN y BUSQUEN adorar al verdadero Santísimo Creador y Padre, de nuestros padres Abraham, Isaac y Jacob!

El verso 6 del libro de Zacarías, capítulo 13 es, con mucha frecuencia, uno de los más mal citado versos por pate de Cristianismo para defender el clamor generalizado de que “Jesús” es el Mesías prometido.  Desafortunadamente para ellos, tal capítulo es, también, uno de los más fáciles de comprobar la anterior “teoría”, que es absolutamente falsa.  El método que usan, por lo general, es aquél de tomar una porción o parte de las Escrituras Hebreas, fuera de contexto, para “demostrarnos” su punto.  Un examen exhaustivo de los primeros cinco (5) versos de Zacarías 13 nos aclaran, de forma clara y cierta que allí no se hace referencia alguna de mesías alguno, sino de falso dioses, y del castigo a propinar a aquéllos que se dediquen a adorarlos; más aún, los padres del acusado son los que deben darle  muerte, por su iniquidad. La clave del tiempo cuando ello habrá de sucederlo encontramos en el verso uno (1); se trata de “aquéllos días”, el futuro cercano que se aproxima; hecho que no sucedió hace más de 2000 años!

De todas las “doctrinas” que sirven para exponer nuestras diferencias como grupo religioso, con respecto a la principal corriente religiosa Cristiana, la de guardar el Shabbath  Sábado, se destaca como la más prominente de todas ellas.  Es el fundamento y centro de nuestras creencias y convicciones.  Es nuestro “signo identificador” exterior, y la prueba básica de nuestra “conversión” a la verdad de nuestro Creador. Hemos defendido, defendemos y defenderemos la validez del Shabbath a pesar de la mordaz y sarcástica embestida de la que se auto llama “santa madre iglesia”. Bien podemos decir que somos “guardadores” del Shabbath, y que estamos orgullosos de ello!  Las mismas Escrituras nos enseñan, “!...un buen entendimiento tiene todas aquéllos que practican y cumplen con los Mandamientos del Eterno Creador” (Salmos 111:10),  i es que deseamos y vamos a crecer en “gracia” y “conocimiento”.  Pero cuando ese “buen entendimiento”  se torna muy elusivo, quizás ello se deba a que debamos aprender más acerca de cómo guardar los puntos básicos de los Mandamientos del Creador.
No debemos sentir temor alguno porque se nos acuse de “legalistas”. Guardar el Shabbath debe ser nuestro estandarte prioritario, considerando para ello las advertencias que leemos en Nehemías 13:15 al 22; ejercicios que, hoy día, practican muchos que se auto llaman Judíos o Hebreos!