viernes, 13 de agosto de 2010
C Á P S U L A S
=XLVI=
Por: J.N.Robles Olarte
Ciertamente que es más que sorprendente observar las concepciones dañinas de algunos escritores del antiguo Cristianismo; han sido ruinosas hasta en los dogmas de su propia fe, y entre ellas la que tiene que ver con la “divinidad” de Jesús, ubicándolo a un mismo nivel de los semidioses paganos, probando con ello que tal creencia, que su divinidad se originó, en verdad, en una misma fuente, la pagana.
En un principio Jesús, el Cristo, no fue considerado, en términos generales, como un “dios” en la carne, ni aún por sus mismos seguidores hasta unos trescientos (300) años después de su muerte, cuando el Emperador Constantino lo calificó, graciosamente, como un “dios del mismo dios” – circunstancia en si misma insuficiente como para establecer la conclusión de que él no poseyó en ningún momento tal carácter. Todo ello no es sino la resultante de la ignorancia y tendencia supersticiosa y, agregamos nosotros, a la proclividad humana a la idolatría. Es muy diferente ADORAR que IDOLATRAR! Al Eterno Creador se le ADORA, pero a los ídolos se les IDOLATRA. De ésta última palabra proviene precisamente la IDOLATRÍA!
Lo más deplorable que le haya podido suceder al género humano es la CEGUER A existente entre los más de trescientos millones de Cristianos, los más de doscientos cincuenta millones de los adoradores de Confucio, los más de cien millones de suplicantes de Mithras el Mediador, y los doscientos setenta millones de seguidores de Mahoma que NO HAN PODIDO ver una solución viable y satisfactoria acerca de la “divinidad” que ellos manejan, como también de todos aquellos “hombres-dioses” de la iniquidad! Es una pena tremenda que la inteligencia dada por nuestro Creador a todo ser humano se desperdicie en tales absurdos!
Es más que histórico el hecho de que los nombres de “Cristo” y “Krisna” tengan un origen en común en la historia de las confesiones religiosas paganas! Retamos a cualquier a que nos muestre una pequeña prueba de que SI existe una diferencia entre Cristo y Krisna que nos lleve a aceptar que aquél fue un hombre, y que éste otro fue un “dios”. El problema que vemos es el hecho verídico que esa tendencia humana de DEIFICAR A LOS HOMBRES es proverbial, al igual que la misma sólo sirve para resolver el problema de la “grandeza humana” – un intento de describir la superioridad intelectual y moral de ciertos hombres que los habilita a ejecutar acciones como es el de exhibir un carácter muy por encima del común de la gente, de los otros seres humanos, otorgándoles una prerrogativa de ser mejores que los demás ¡
Ésta “búsqueda de la perfección” la podemos encontrar, substancialmente, e una y otra vez en las Escrituras Cristianas, el Nuevo testamento! Por ejemplo, Mateo 5:18 nos dice, “Sed vosotros perfectos como perfecto es vuestro Padre en los cielos”. Ésta afirmación requiere que todo hombre y mujer sea moralmente perfecto como lo es el Creador; tal precepto es el mismo que los Budista enseñan en sus escrituras. Olvidan algo esencial que se enseña en las Escrituras Hebreas, y es la afirmación explícita de que “ningún hombre puede llegar a la perfección que es propia del Creador, sin llegar a ser un “dios””. Lo predicado por aquéllos va en contravía de las Escrituras que afirman que “NO HAY HOMBRE QUE NO PEQUE”. Recordamos una vez más que los Mandatos, Preceptos, Estatutos y Leyes, NO SON ESPIRITUALES, sino de carácter FÍSICO!
Con el propósito de “ser perfectos como el padre” fue que apaaaarecieron en la historia del hombre, el “Salvador Krisna” en la India, el “Salvador Osiris” en Egipto, el “Dios o Mediador Mithras” en Persia, el “Redentor Quexalcote” en Méjico, y el “Salvador Jesús” en Judea! En los mismos capítulos introductorios de sus respectivos “libros santos” se habla de la “caída del hombre”, y en algunos de ellos se hace una descripción más que gráfica de “una guerra en los cielos”. Esto viene a ser una contra parte del relato que se hace en el Nuevo Testamento, en uno de sus libros, el de Revelaciones o Apocalipsis, en su capítulo 12 ¡
De el Jesús Cristiano, al igual que los otros “SALVADORES” de Egipto y de la India se creyó que fue, o es, un “hombre-dios”, medio hombre y medio dios, y que supuestamente vino al mundo, al igual que aquéllos, a “destruir al demonio y sus malas obras”, es decir, acabar con las obras de Satanás, y así poner fin a los principios malignos introducidos al mundo por la serpiente en el Jardín del Edén. Cuando los Cristianos señalan la frase de Génesis 3:15, “ENEMISTAD PONDRÉ ENTRE TI Y LA MUJER, ENTRE TU LINAJE Y SU LINAJE, “ÉL” PISARÁ LA CABEZA MIENTRAS ACECHAS…”, la interpretan como si el pronombre “él” se refiriera a Cristo. No es así, se refiere a Jacob. Por ello es un error leer y tomar frases fuera de contexto!
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