sábado, 10 de enero de 2015

Estudios Bíblicos basados en las Sagradas Escrituras Hebreas

C Á P S U L A S

L X X X I
Por: J.N.Robles Olarte

Surge una pregunta, y ésta es,  ¿Cuando un hombre y una mujer se convierten en marido y mujer, y vienen a conformar “una sola carne” como nos lo solicitan las Escrituras Hebreas?  Simplemente cuando una mujer y su marido tienen relaciones sexuales.  Piense en ello, por favor.  Cuando el Creador hizo a la mujer y se la trajo al hombre,  personalmente les dijo, “fructificad y multiplicaos”   Esa fue Su bendición, Su mandamiento, “fructificad y multiplicaos”, una orden donde no existe nada pecaminoso, aspecto éste que ahora se ve con un caris de algo sucio, nada reverente, por parte de las mayoría de las iglesias cristianas.  Puesto que el Creador dio inicio a  este proceso de “ser una carne” con una simple orden de “fructificad y multiplicaos”, sencillamente podemos deducir que no hubo otra  como el de una ceremonia o algo parecido.  Si lo hubiera pensado, lo hubiese manifestado en tal oportunidad tan importante y tan especial!  Sólo les ordena que copulen y se multipliquen, que tengan bebés! Así de simple! Sin ambages!  Solo nosotros los humanos, nos hemos dedicado a darle a lo simple del Creador, complicaciones que nos han llevado al lugar donde estamos en relación a la vidamarital entre hombre y mujer!  Vemos que el Creador no ordena ninguna ceremonia o “boda” como vemos hoy;  no lo podemos encontrar en ninguna parte de las Escrituras!  Puede estar absolutamente seguro que si Él no menciona nada al respecto es porque no fue Su deseo ni estaba en Su plan!  La unión de un hombre con su mujer es algo especial a los ojos de nuestro Eterno Creador.  Ello nos lleva a concluir que cualquier otra acción diferente a la ordenada por Él,  como lo es la unión de un hombre con una mujer, no es aceptada ni bendecida por nuestro Padre. Para Él es una abominación la unión de dos seres del mismo género!  El Eterno tomó a la mujer del cuerpo del hombre, la creó e hizo, y vio que era perfecta para el hombre.  La mujer se complementa totalmente en el hombre.  Y si esto último es verdad, entonces lo contrario también lo es: el hombre encuentra  su verdadero complemento en la mujer.  Cuando nuestro Padre creó a la mujer, la creó con un elemento muy particular en su cuerpo, que Él mismo diseñó y denominó “himen”! Este es una pequeña porción de piel sensible que está parcialmente dentro de la parte interior de la vagina.  Éste himen se rompe cuando una mujer copula, por primera vez, con su hombre; y ello es prueba de su virginidad. Esto es muy importante, por el hecho de que la rotura del himen, en la cópula,  constituye en sí misma un “pacto” entre ellos dos y su Creador y Soberano!  Es por ello que las “cópulas casuales” entre hombres y mujeres no son bien vistas por nuestro Creador ya que las mismas implican “ser una carne”, y esto solo se debe  dar  entre una pareja que se ame, y hayan pactado permanecer así delante de nuestro Creador.  En términos nuestros, tal unión bien se podría llamar “casamiento”.  El Eterno instruyó al hombre que habría de dejar a padre y madre y unirse a su mujer, su compañera, tener cópulas, ser una sola carne!  El hecho de ser solo una carne crea como resultado lógico y natural un PACTO entre la pareja y el Creador mismo, y es cuando Él los bendice por ello! Si lo simple dispuesto por nuestro Creador se cumpliese, ¿cuántos dolores de cabezas y tragedias se habrían podido evitar?

To Thee Oh Eternal Father, I call;  my Rock, be not deaf to me, lest,  if Thou be silent tome.  I become like those who go down to the Pit.  Hear the voice of my supplication, as I cry to Thee for help, as I lift up my hands toward Thy most Holy Sanctuary.  Take me not off with the wicked, with those who are workers of evil, who speak peace with their neighbour, while mischief is in their hearst!
"A menudo es más fácil morir por lo que uno  cree es la verdad, que renunciar a ello."
Jean Rostand


‎"La inhabilidad del hombre en saber olvidar es el anverso de su facultad de memoria"
J. Trachtemberg
“La verdad siempre es extraña, mucho más extraña que la ficción.”                                                                     Lord Byron.

Nuestro Creador es la personificación del amor, y como tal se ideó una forma cómo esa relación se diera entre un hombre y una mujer. Esta relación incluye, por supuesto, el acto sexual o cópula; pero no todo termina allí.  Una pareja que se constituya en “una sola carne” experimentará la experiencia de vivir feliz y agradablemente esa manifestación mutua de afecto y placer.   Es lo que el mundo conceptúa “hacer el amor”, o “acto de amor.” Y lo es porque eso mismo exactamente es lo que nuestro Creador espera que practiquemos y sintamos en lo más profundo de nuestro ser: dar y recibir, mutuamente, amor, afecto, cariño, ternura, placer.  Nuestro Padre diseñó el acto físico de la copulación para que el mismo fuese placentero y reconfortante!   Éste acto compele al hombre a que piense en su compañera todo el día, y de cómo complacerla.  No necesariamente tienen que ver estas manifestaciones de amor y afecto con los del sexo, sino con detalles de ternura, cuidado, y cariño físicos: como traerle una flor, un detalle cualquiera, una caricia, palabras de ánimo por su labor hogareña, manifestaciones de agradecimiento por tenerla como su compañera, etc.   Durante el acto de amor el hombre se está dando a su mujer. Y no es como muchas mujeres piensan, que es una obligación más de ella para con su marido. No, no lo es. Es la reciprocidad la que debe existir entre los dos. No importa quien fuere el que haya tomado  la iniciativa de tal solicitud! El deseo debe ser complacer a su compañero. La mujer, como tampoco el hombre, debe ver ésta solicitud  como “algo más” por hacer, sino ser de una ayuda después de todo un día de ajetreos ya sea en el hogar o en el lugar de trabajo. En el caso particular del hombre, éste debe ser considerado con su media naranja y saber aceptar la negativa cuando haya razón para ello.  Muchas mujeres no llegan a comprender la mentalidad del hombre con la que fue diseñado. El Creador los hizo así para que tomasen la iniciativa, que fuesen líderes y ardientes maridos en proveer afecto y amor a su compañera.  La mujer es mucho más pasiva a este respecto, y debe tomar la conducta de él como un regalo y no como una solicitud obligante.  Es bello ver cuando una mujer llega a comprender la importancia que tiene el acto de amor con su marido! En esto debe existir  un factor muy importante: una perfecta comunicación entre pareja! En esto un hombre debe ser un verdadero hombre, uno de principios, respetuoso, considerado y amoroso, que mantenga permanentemente una comunicación con su mujer; que sabe preguntarle cuando y como agradarle, acariciarla y amarla intensamente!  En suma, es importante que la comunicación entre los dos no se rompa nunca, que sea honesta y sincera para que la relación pueda ser perfecta, gratificante y duradera. Cuando todos éstos elementos se ponen en práctica, los resultados serán felices; si no, vendrá a ser una relación parecida a la de los animales: intemporal, egoísta y traumática!

Refiriéndose a Abraham, el Eterno afirmó categóricamente: “Y haré de ti una nación grande y te bendeciré y engrandeceré tu nombre; y tú serás una bendición para todos los pueblos.  Bendeciré a los que te bendijeren, y al que te maldijere Yo mismo le maldeciré; y en ti serán bendecidas todas las naciones de se acerquen a ti, y guarden lo que tu guardas con respecto a Mi Palabra y Mandatos!

“No temas Abraham, YO SOY para ti un escudo, tu galardón es sobremanera grande…A tu simiente he dado esta tierra, desde el Rio de Egipto, el Nilo, hasta el Rio grande del Éufrates.”  Esta afirmación es la que las naciones del mundo no desean aceptar por las implicaciones que ello tendrán sobre las demás naciones, y añade, “multiplicaré abundantemente tu simiente, y no podrá ser contada a causa de su muchedumbre”…

El Eterno Creador dijo: “¿He de ocultar a Abraham lo que voy a hacer? Ya que él ciertamente será una gran NACIÓN, y fuerte, y en él serán BENDITAS TODAS las naciones de la tierra. Porque YO lo he conocido y probado, y se que ordenará a sus hijos y a su casa después de él para que guarden Mi Camino, haciendo rectitud y justicia para que haga venir sobre él lo que HE dicho acerca de él, y su progenie.”

La mayoría de las veces una mujer sabe qué es lo que le gustaría que su hombre hiciera por ella, y aún hasta qué le dijera para que la haga sentirse amada. Pero existen otras que creen que el hombre es uno que mágicamente sabe leer su mente y adivinar lo que desea.  Debemos recordar que la mente humana no es una que sepa leer la de nadie, y que para ello hay que hablar, comunicarse, manifestar lo que se desea en el momento oportuno.  Agréguese a ello el hecho de que la mente del hombre no está sintonizada a la de ella, y más bien está interesado en la provisión que le pueda ofrecer.. Algunos pocos si pueden tener ese buen instinto y hagan las preguntas pertinentes y correctas acerca de algo que ella necesita o desee.  De otra parte, cuán inteligente sea, o no, la mujer, siempre se las toma como “complicadas”.  Por ésta razón se debe trabajar para que esto no suceda y haya una relación bien administrada y confortable.                                                                                                                                                                                                                                          Los deseos del hombre, por otra parte, son muy simples y poco complicados.  Muy pocos son los que necesitan mucho como para sentirse felices y agradables con su compañera.  Quizás una “rascadita de espaldas”, un “frotecíto en los pies”, una “caminata en las vías polvorosas de un camino viejo para gustar de las flores y pajaritos,” o  una “caminadita por las arenas de la playa del rio o del mar.”  Sea lo que fuere que lo haga feliz, ello es lo que debe comunicar a su mujer.  Ella no podrá satisfacerlo si él no le manifiesta claramente sus deseos, ya que tampoco es “adivina”! La mujer  está más inclinada a manifestar sus necesidades que el hombre mismo, y en ello es que se basan algunos problemas que surgen: la falta de comunicación! De ahí que la comunicación es un factor primordial y muy importante.  Nuestra sociedad no hace énfasis en las necesidades de los hombres y algunas mujeres que consideran  si las tienen. son egoístas con ellas mismas, y no lo practican.   El hombre ideal pone en consideración las prioridades de su mujer y la de sus hijos a las propias.  Consideramos que tales necesidades, como las de su mujer, son muy importantes, y que para que ambos puedan tener una vida plena de gozo, felicidad y tranquilidad en el hogar se debe ser honesto y probo.                                                                                                                                   El hombre juega un papel muy importante y serio dentro de la familia.  Y es que  al ser cabeza de familia, el proveedor y defensor-líder, es de vital necesidad para ello! En verdad éste papel, en nuestra sociedad, no se honra ni se le considera! Ello debe cambiar, puesto que el Eterno Creador lo creó para que fuese el “cabeza de familia”, el líder, sin quitar ni disminuir el estatus tan importante y vital que también juega la mujer en ésta micro sociedad! No olvidemos que ella también se la llamo “varón” como bien lo podemos leer en Génesis 5:2 ¡ Adam significa hombre, y la mujer también es Adam.  Nuestro Creador llamó a ambos géneros de la humanidad, “ADAM,” cuando Él se refiere, o llama al hombre por su nombre, también se está refiriendo a la mujer. El hombre, pues, debe ser la cabeza. Nuestro Creador  tiene un orden establecido en Su creación, que hay que respetar!  Nuestro Padre trabaja con la mujer a través del hombre. Y éste también tiene la responsabilidad de su mujer y sus hijos;  sus decisiones se toman delante del Creador mismo.  La responsabilidad del hombre con respecto a su pareja e hijos, es enseñarle a ellos acerca de la Palabra de nuestro Soberano, y asegurarse que se cumpla, se obedezca al Eterno!

De la boca del Altísimo, del Creador, procede lo bueno y lo malo.  Entonces ¿Por qué a de quejarse el hombre? Quéjese el hombre de sus propios pecados!  Examinemos y escudriñemos nuestros caminos, y volvámonos al Creador! Alcemos nuestros corazones sobre las manos al Creador nuestro, y de los cielos!
No creen los reyes de la tierra, ni todos los habitantes del orbe que entraría la adversaria Heylel, y el enemigo, por las puertas de Jerusalém. Ha sido así a causa de los pecados de sus profetas, y de las iniquidades de sus sacerdotes, los cuales derraman en medio de ellos la sangre de los justos!
Haznos volver a Ti, Oh Padre Eterno, para que nosotros nos volvamos; renueva nuestros días para que seamos como lo fuimos en tiempos pasados.  No nos rechaces totalmente, y con desprecio; te has airado contra nosotros hasta lo sumo! Vuélvete pues a Tu misericordia, que es grande!

El hombre debe conducir a su mujer y sus hijos en el correcto vivir, en el Camino que el Eterno le ha indicado en Su palabra,  las Sagradas Escrituras.  Debe defenderlos de todos aquéllos que traten de desviarlos del mismo.  Sin embargo se debe recordar que puesto que la mujer le fue dada como su compañera idónea, ésta también debe servirle de ayuda en el caso que  aquél se vaya a separar del Camino, como también servirle de apoyo y sostén en todos los problemas que se le puedan presentaren su diario vivir.  Tanto el hombre como la mujer tienen que proveerse de un amoroso y mutuo apoyo durante su vida!  Hasta que las mujeres no aprendan a ser un sostén importante para su marido, y lo consideren como la cabeza de su hogar, no podrán comprender a cabalidad el verdadero significado de la felicidad.  De otra parte, hasta tanto el hombre no aprenda el arte de la comunicación, con el propósito de poder conducir y relacionarse con su mujer, estará limitado a no experimentar la felicidad y gozo que tal unión le pueda ofrecer! Con el propósito de tener una relación saludable no debemos perder de vista los ideales que nuestro Creador ha consignado en Su palabra, y de lo que Él realmente espera y desea de y para nosotros, como es el que permanezcamos juntos.  Seguir Su palabra, y caminar en Su camino, significa saber vivir bajo Sus alas, dándonos con ello la posibilidad de que nos bendiga.  Su camino nos pone orden y equilibrio.  El equilibrio, dentro de la familia, es muy importante, y ello implica que tanto el hombre como la mujer, y los hijos, juegan un papel esencial, y una responsabilidad, dentro de su grupo familiar. Cuando estos miembros no juegan su papel debidamente dentro de su grupo familiar, todo el grupo sufre, y con ello se afecta la armonía.  Más aún, los hijos tienden a comportarse de acuerdo a esas malas conductas que ven dentro de su seno familiar, y manifestarlas permanentemente, afectando a toda la familia. La disfuncionalidad, poco a poco, llenará esa célula familiar, y se presentarán escenarios dolorosos de muchas y diferentes maneras, mismas que se perpetuarán hasta la adultez de los hijos. Esa no es la forma correcta de transitar dentro de ésta aventura familiar tan seria, tan importante y vital  Por lo tanto, si realmente deseamos ser el “alma compañera idónea” o “media naranja”, tenemos necesidad de comportarnos de una forma tal para que sí podamos ser, en verdad, un complemento , el uno para el otro!  No debemos perder de vista los Caminos que nuestro Creador nos ha indicado en Su palabra para que así podamos vivir una vida llena de gozo y felicidad indescriptibles.  Finalmente, el hombre debe ser el Jefe Ejecutivo de la Oficina Familia, y la mujer, la Gerente de las actividades cotidianas en su hogar.  En otras palabras, él debe ser el Rey de la familia, y la mujer la Reina Consorte.  Esto hace que los hijos sean los “súbditos” de tal familia real. Se cumple acá aquello de, “La OBEDIENCIA tiene un precio, como también la DESOBEDIENCIA!

Habéis olvidado al Eterno Creador vuestro único SALVADOR; tampoco habéis recordado la ROCA, vuestra fortaleza!
Si contamos 65 años a partir de 1947, el año en el que las Naciones Unidas votaron para que se repartiera la tierra de Palestina  -la de antaño-   y creado el estado Judío, llegamos al año 2012.  De igual forma, si contamos 65 años a partir de la fecha de la independencia de Israel, Mayo 14 de 1948, llegamos al año 2013!  Éstas son fechas que debemos tener en mente ya que están dentro  del Plan Maestro de nuestro Creador, en relación a Su pueblo escogido, Israel ¡
El libro de Oseas es uno de las Escrituras Hebreas que fue escrito para los “días del fin”, para “aquellos días”, para el “tiempo final”.  Está lleno de profecías que se refieren tanto a Efraím , como a Israel, Jacob y Judá. Nos señala que Efraím y Judá son naciones separadas, pero unidas entre si.  Nos revela mucho acerca de sus características nacionales. Léalo y estúdielo minuciosamente!