C Á P S U L A S
L X X X I
Por: J.N.Robles Olarte
Surge una pregunta, y ésta es, ¿Cuando un hombre y una mujer se convierten
en marido y mujer, y vienen a conformar “una
sola carne” como nos lo solicitan las Escrituras Hebreas? Simplemente cuando una mujer y su marido
tienen relaciones sexuales. Piense en
ello, por favor. Cuando el Creador hizo
a la mujer y se la trajo al hombre,
personalmente les dijo, “fructificad
y multiplicaos” Esa fue Su
bendición, Su mandamiento, “fructificad y
multiplicaos”, una orden donde no existe nada pecaminoso, aspecto éste que
ahora se ve con un caris de algo sucio, nada reverente, por parte de las
mayoría de las iglesias cristianas.
Puesto que el Creador dio inicio a
este proceso de “ser una carne”
con una simple orden de “fructificad y
multiplicaos”, sencillamente podemos deducir que no hubo otra como el de una ceremonia o algo
parecido. Si lo hubiera pensado, lo
hubiese manifestado en tal oportunidad tan importante y tan especial! Sólo les ordena que copulen y se
multipliquen, que tengan bebés! Así de simple! Sin ambages! Solo nosotros los humanos, nos hemos dedicado
a darle a lo simple del Creador, complicaciones que nos han llevado al lugar
donde estamos en relación a la vidamarital entre hombre y mujer! Vemos que el Creador no ordena ninguna
ceremonia o “boda” como vemos hoy; no lo
podemos encontrar en ninguna parte de las Escrituras! Puede estar absolutamente seguro que si Él no
menciona nada al respecto es porque no fue Su deseo ni estaba en Su plan! La unión de un hombre con su mujer es algo
especial a los ojos de nuestro Eterno Creador.
Ello nos lleva a concluir que cualquier otra acción diferente a la
ordenada por Él, como lo es la unión de
un hombre con una mujer, no es aceptada ni bendecida por nuestro Padre. Para Él
es una abominación la unión de dos seres del mismo género! El Eterno tomó a la mujer del cuerpo del
hombre, la creó e hizo, y vio que era perfecta para el hombre. La mujer se complementa totalmente en el
hombre. Y si esto último es verdad,
entonces lo contrario también lo es: el hombre encuentra su verdadero complemento en la mujer. Cuando nuestro Padre creó a la mujer, la creó
con un elemento muy particular en su cuerpo, que Él mismo diseñó y denominó “himen”! Este es una pequeña porción de
piel sensible que está parcialmente dentro de la parte interior de la
vagina. Éste himen se rompe cuando una
mujer copula, por primera vez, con su hombre; y ello es prueba de su
virginidad. Esto es muy importante, por el hecho de que la rotura del himen, en
la cópula, constituye en sí misma un “pacto” entre ellos dos y su Creador y
Soberano! Es por ello que las “cópulas
casuales” entre hombres y mujeres no son bien vistas por nuestro Creador ya que
las mismas implican “ser una carne”, y esto solo se debe dar
entre una pareja que se ame, y hayan pactado permanecer así delante de
nuestro Creador. En términos nuestros,
tal unión bien se podría llamar “casamiento”. El Eterno instruyó al hombre que habría de
dejar a padre y madre y unirse a su mujer, su compañera, tener cópulas, ser una
sola carne! El hecho de ser solo una
carne crea como resultado lógico y natural un PACTO entre la pareja y el
Creador mismo, y es cuando Él los bendice por ello! Si lo simple dispuesto por
nuestro Creador se cumpliese, ¿cuántos dolores de cabezas y tragedias se
habrían podido evitar?
To
Thee Oh Eternal Father, I call; my Rock,
be not deaf to me, lest, if Thou be
silent tome. I become like those who go
down to the Pit. Hear the voice of my
supplication, as I cry to Thee for help, as I lift up my hands toward Thy most
Holy Sanctuary. Take me not off with the
wicked, with those who are workers of evil, who speak peace with their
neighbour, while mischief is in their hearst!
"A menudo es más fácil morir por lo
que uno cree es la verdad, que renunciar
a ello."
Jean Rostand
Jean Rostand
"La inhabilidad del hombre en
saber olvidar es el anverso de su facultad de memoria"
J. Trachtemberg
J. Trachtemberg
“La verdad siempre es extraña, mucho más
extraña que la ficción.”
Lord Byron.
Nuestro Creador es la personificación
del amor, y como tal se ideó una forma cómo esa relación se diera entre un
hombre y una mujer. Esta relación incluye, por supuesto, el acto sexual o
cópula; pero no todo termina allí. Una
pareja que se constituya en “una sola carne” experimentará la experiencia de
vivir feliz y agradablemente esa manifestación mutua de afecto y placer. Es lo que el mundo conceptúa “hacer el
amor”, o “acto de amor.” Y lo es porque eso mismo exactamente es lo que nuestro
Creador espera que practiquemos y sintamos en lo más profundo de nuestro ser:
dar y recibir, mutuamente, amor, afecto, cariño, ternura, placer. Nuestro Padre diseñó el acto físico de la
copulación para que el mismo fuese placentero y reconfortante! Éste acto compele al hombre a que piense en
su compañera todo el día, y de cómo complacerla. No necesariamente tienen que ver estas
manifestaciones de amor y afecto con los del sexo, sino con detalles de
ternura, cuidado, y cariño físicos: como traerle una flor, un detalle
cualquiera, una caricia, palabras de ánimo por su labor hogareña,
manifestaciones de agradecimiento por tenerla como su compañera, etc. Durante el acto de amor el hombre se está
dando a su mujer. Y no es como muchas mujeres piensan, que es una obligación
más de ella para con su marido. No, no lo es. Es la reciprocidad la que debe
existir entre los dos. No importa quien fuere el que haya tomado la iniciativa de tal solicitud! El deseo debe
ser complacer a su compañero. La mujer, como tampoco el hombre, debe ver ésta
solicitud como “algo más” por hacer, sino
ser de una ayuda después de todo un día de ajetreos ya sea en el hogar o en el
lugar de trabajo. En el caso particular del hombre, éste debe ser considerado
con su media naranja y saber aceptar la negativa cuando haya razón para ello. Muchas mujeres no llegan a comprender la
mentalidad del hombre con la que fue diseñado. El Creador los hizo así para que
tomasen la iniciativa, que fuesen líderes y ardientes maridos en proveer afecto
y amor a su compañera. La mujer es mucho
más pasiva a este respecto, y debe tomar la conducta de él como un regalo y no
como una solicitud obligante. Es bello
ver cuando una mujer llega a comprender la importancia que tiene el acto de
amor con su marido! En esto debe existir
un factor muy importante: una perfecta comunicación entre pareja! En
esto un hombre debe ser un verdadero hombre, uno de principios, respetuoso,
considerado y amoroso, que mantenga permanentemente una comunicación con su
mujer; que sabe preguntarle cuando y como agradarle, acariciarla y amarla
intensamente! En suma, es importante que
la comunicación entre los dos no se rompa nunca, que sea honesta y sincera para
que la relación pueda ser perfecta, gratificante y duradera. Cuando todos éstos
elementos se ponen en práctica, los resultados serán felices; si no, vendrá a
ser una relación parecida a la de los animales: intemporal, egoísta y
traumática!
Refiriéndose a Abraham, el Eterno afirmó
categóricamente: “Y haré de ti una nación grande y te bendeciré y engrandeceré
tu nombre; y tú serás una bendición para todos los pueblos. Bendeciré a los que te bendijeren, y al que
te maldijere Yo mismo le maldeciré; y en ti serán bendecidas todas las naciones
de se acerquen a ti, y guarden lo que tu guardas con respecto a Mi Palabra y
Mandatos!
“No temas Abraham, YO SOY para ti un
escudo, tu galardón es sobremanera grande…A tu simiente he dado esta tierra,
desde el Rio de Egipto, el Nilo, hasta el Rio grande del Éufrates.” Esta afirmación es la que las naciones del
mundo no desean aceptar por las implicaciones que ello tendrán sobre las demás
naciones, y añade, “multiplicaré abundantemente tu simiente, y no podrá ser
contada a causa de su muchedumbre”…
El Eterno Creador dijo: “¿He de ocultar
a Abraham lo que voy a hacer? Ya que él ciertamente será una gran NACIÓN, y
fuerte, y en él serán BENDITAS TODAS las naciones de la tierra. Porque YO lo he
conocido y probado, y se que ordenará a sus hijos y a su casa después de él
para que guarden Mi Camino, haciendo rectitud y justicia para que haga venir
sobre él lo que HE dicho acerca de él, y su progenie.”
La mayoría de las veces una mujer sabe
qué es lo que le gustaría que su hombre hiciera por ella, y aún hasta qué le
dijera para que la haga sentirse amada. Pero existen otras que creen que el
hombre es uno que mágicamente sabe leer su mente y adivinar lo que desea. Debemos recordar que la mente humana no es
una que sepa leer la de nadie, y que para ello hay que hablar, comunicarse,
manifestar lo que se desea en el momento oportuno. Agréguese a ello el hecho de que la mente del
hombre no está sintonizada a la de ella, y más bien está interesado en la
provisión que le pueda ofrecer.. Algunos pocos si pueden tener ese buen
instinto y hagan las preguntas pertinentes y correctas acerca de algo que ella
necesita o desee. De otra parte, cuán
inteligente sea, o no, la mujer, siempre se las toma como “complicadas”. Por ésta razón se debe trabajar para que esto
no suceda y haya una relación bien administrada y confortable.
Los
deseos del hombre, por otra parte, son muy simples y poco complicados. Muy pocos son los que necesitan mucho como
para sentirse felices y agradables con su compañera. Quizás una “rascadita de espaldas”, un
“frotecíto en los pies”, una “caminata en las vías polvorosas de un camino
viejo para gustar de las flores y pajaritos,” o
una “caminadita por las arenas de la playa del rio o del mar.” Sea lo que fuere que lo haga feliz, ello es
lo que debe comunicar a su mujer. Ella
no podrá satisfacerlo si él no le manifiesta claramente sus deseos, ya que
tampoco es “adivina”! La mujer está más
inclinada a manifestar sus necesidades que el hombre mismo, y en ello es que se
basan algunos problemas que surgen: la falta de comunicación! De ahí que la
comunicación es un factor primordial y muy importante. Nuestra sociedad no hace énfasis en las
necesidades de los hombres y algunas mujeres que consideran si las tienen. son egoístas con ellas mismas,
y no lo practican. El hombre ideal pone
en consideración las prioridades de su mujer y la de sus hijos a las
propias. Consideramos que tales necesidades,
como las de su mujer, son muy importantes, y que para que ambos puedan tener
una vida plena de gozo, felicidad y tranquilidad en el hogar se debe ser
honesto y probo.
El
hombre juega un papel muy importante y serio dentro de la familia. Y es que
al ser cabeza de familia, el proveedor y defensor-líder, es de vital
necesidad para ello! En verdad éste papel, en nuestra sociedad, no se honra ni
se le considera! Ello debe cambiar, puesto que el Eterno Creador lo creó para
que fuese el “cabeza de familia”, el líder, sin quitar ni disminuir el estatus
tan importante y vital que también juega la mujer en ésta micro sociedad! No
olvidemos que ella también se la llamo “varón” como bien lo podemos leer en
Génesis 5:2 ¡ Adam significa hombre, y la mujer también es Adam. Nuestro Creador llamó a ambos géneros de la
humanidad, “ADAM,” cuando Él se refiere, o llama al hombre por su nombre,
también se está refiriendo a la mujer. El hombre, pues, debe ser la cabeza.
Nuestro Creador tiene un orden
establecido en Su creación, que hay que respetar! Nuestro Padre trabaja con la mujer a través
del hombre. Y éste también tiene la responsabilidad de su mujer y sus
hijos; sus decisiones se toman delante
del Creador mismo. La responsabilidad
del hombre con respecto a su pareja e hijos, es enseñarle a ellos acerca de la
Palabra de nuestro Soberano, y asegurarse que se cumpla, se obedezca al Eterno!
De la boca del Altísimo, del Creador,
procede lo bueno y lo malo. Entonces
¿Por qué a de quejarse el hombre? Quéjese el hombre de sus propios
pecados! Examinemos y escudriñemos
nuestros caminos, y volvámonos al Creador! Alcemos nuestros corazones sobre las
manos al Creador nuestro, y de los cielos!
No creen los reyes de la tierra, ni
todos los habitantes del orbe que entraría la adversaria Heylel, y el enemigo,
por las puertas de Jerusalém. Ha sido así a causa de los pecados de sus
profetas, y de las iniquidades de sus sacerdotes, los cuales derraman en medio
de ellos la sangre de los justos!
Haznos volver a Ti, Oh Padre Eterno,
para que nosotros nos volvamos; renueva nuestros días para que seamos como lo
fuimos en tiempos pasados. No nos
rechaces totalmente, y con desprecio; te has airado contra nosotros hasta lo
sumo! Vuélvete pues a Tu misericordia, que es grande!
El hombre debe conducir a su mujer y sus
hijos en el correcto vivir, en el Camino que el Eterno le ha indicado en Su
palabra, las Sagradas Escrituras. Debe defenderlos de todos aquéllos que traten
de desviarlos del mismo. Sin embargo se
debe recordar que puesto que la mujer le fue dada como su compañera idónea,
ésta también debe servirle de ayuda en el caso que aquél se vaya a separar del Camino, como
también servirle de apoyo y sostén en todos los problemas que se le puedan
presentaren su diario vivir. Tanto el
hombre como la mujer tienen que proveerse de un amoroso y mutuo apoyo durante
su vida! Hasta que las mujeres no
aprendan a ser un sostén importante para su marido, y lo consideren como la
cabeza de su hogar, no podrán comprender a cabalidad el verdadero significado
de la felicidad. De otra parte, hasta
tanto el hombre no aprenda el arte de la comunicación, con el propósito de
poder conducir y relacionarse con su mujer, estará limitado a no experimentar
la felicidad y gozo que tal unión le pueda ofrecer! Con el propósito de tener
una relación saludable no debemos perder de vista los ideales que nuestro
Creador ha consignado en Su palabra, y de lo que Él realmente espera y desea de
y para nosotros, como es el que permanezcamos juntos. Seguir Su palabra, y caminar en Su camino,
significa saber vivir bajo Sus alas, dándonos con ello la posibilidad de que
nos bendiga. Su camino nos pone orden y
equilibrio. El equilibrio, dentro de la
familia, es muy importante, y ello implica que tanto el hombre como la mujer, y
los hijos, juegan un papel esencial, y una responsabilidad, dentro de su grupo
familiar. Cuando estos miembros no juegan su papel debidamente dentro de su
grupo familiar, todo el grupo sufre, y con ello se afecta la armonía. Más aún, los hijos tienden a comportarse de
acuerdo a esas malas conductas que ven dentro de su seno familiar, y
manifestarlas permanentemente, afectando a toda la familia. La
disfuncionalidad, poco a poco, llenará esa célula familiar, y se presentarán
escenarios dolorosos de muchas y diferentes maneras, mismas que se perpetuarán
hasta la adultez de los hijos. Esa no es la forma correcta de transitar dentro
de ésta aventura familiar tan seria, tan importante y vital Por lo tanto, si realmente deseamos ser el “alma compañera idónea” o “media naranja”,
tenemos necesidad de comportarnos de una forma tal para que sí podamos ser, en
verdad, un complemento , el uno para el otro!
No debemos perder de vista los Caminos que nuestro Creador nos ha
indicado en Su palabra para que así podamos vivir una vida llena de gozo y
felicidad indescriptibles. Finalmente,
el hombre debe ser el Jefe Ejecutivo de
la Oficina Familia, y la mujer, la Gerente
de las actividades cotidianas en su hogar.
En otras palabras, él debe ser el Rey de la familia, y la mujer la Reina
Consorte. Esto hace que los hijos sean
los “súbditos” de tal familia real. Se cumple acá aquello de, “La OBEDIENCIA
tiene un precio, como también la DESOBEDIENCIA!
Habéis olvidado al Eterno Creador
vuestro único SALVADOR; tampoco habéis recordado la ROCA, vuestra fortaleza!
Si contamos 65 años a partir de 1947, el
año en el que las Naciones Unidas votaron para que se repartiera la tierra de
Palestina -la de antaño- y creado el estado Judío, llegamos al año
2012. De igual forma, si contamos 65
años a partir de la fecha de la independencia de Israel, Mayo 14 de 1948,
llegamos al año 2013! Éstas son fechas que
debemos tener en mente ya que están dentro
del Plan Maestro de nuestro Creador, en relación a Su pueblo escogido,
Israel ¡
El libro de Oseas es uno de las
Escrituras Hebreas que fue escrito para los “días del fin”, para “aquellos
días”, para el “tiempo final”. Está
lleno de profecías que se refieren tanto a Efraím , como a Israel, Jacob y
Judá. Nos señala que Efraím y Judá son naciones separadas, pero unidas entre
si. Nos revela mucho acerca de sus
características nacionales. Léalo y estúdielo minuciosamente!
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