sábado, 12 de julio de 2014

ESTUDIOS BÍBLICOS BASADOS EN LAS SAGRADAS ESCRITURAS HEBREAS

C Á P S U L A S
= L V I I=
Por: J.N.Robles Olarte
La mayoría de las personas que se dicen a si mismas que adoran al Creador, a “dios”, como muchos lo llaman, ignoran flagrantemente los Mandamientos originales, especialmente el cuarto , “Honra el séptimo día”..  Tanto la Biblia King james (Rey Santiago) como la de Varela y otra versiones más, mencionan 144 veces el aviso de “Guarda el Shabbath” o Sábado.  Ello nos da una idea de cómo la “tradición”  perpetuada por otras religiones de factura humana han echado humo, por así decir, sobre la admonición precisa y clara que nos ofrece Éxodo 16:26 al 30. Han preferido aceptar lo esta establecido por los “falsos profetas, pastores y ministros que a la misma Palabra del Creador!
En la media que guardemos el día Sábado – Shabbath- encontraremos que el Eterno nos bendice de diferentes maneras.  Una de ellas es el de darnos ENTENDIMIENTO para poder comprobar que las Escrituras no dan ninguna razón por la cuál se pueda cambiar el día Séptimo de la semana por el día primero o el sexto día de la misma como hacen muchos grupos religiosos, cristianos o no! Pongámosle mucha atención a éstas palabras que siguen, “...con tal que tengan fortaleza y seas muy animoso para cuidar de hacer conforme a TODA LA LEY que te prescribió Mi siervo Moisés, NO te APARTES de ella ni  a diestra ni a siniestra, para que TENGAS BUEN ÉXITO,  dondequiera que vayas.”(Josué 1:7). ¿Más claro?

Parte de la “prueba” o test que nos hace el Eterno es el poder determinar si nosotros, Sus hijos Hebreos, de Israel, hemos de  permanecerán fieles a Él como nuestro único Salvador y Redentor, como bien nos lo recuerda Isaías 41:13 al 14.  Es de precisar que NO existe en las Escrituras Hebreas un “salvador” que venga a limpiar los pecados del género humano, sino que  en realidad, existe un lugar, un día, cuando nuestros pecados cometidos contra Él, serán perdonados TOTALMENTE, y para siempre!.  Un aspecto que contribuye a obtener el perdón de nuestros pecados es el arrepentimiento sincero, absoluto y humilde de nuestra parte!

Debemos tener claro el hecho de que no existe ningún otro “salvador” como tampoco otro “dios” sino un sólo Creador y Padre como nos lo dice Isaías 43:1 al 3, y Deuteronomio 6:4! Él, nuestro Padre y Creador, es el único Redentor, Salvador y Roca en el que podamos confiar.  No existe otro a quien se le puedan otorgar tales títulos. En el verdadero Abrahamismo , la FE HEBREA EN EL ETERNO no existen múltiples salvadores, enviados, agentes o abogados.  Como tampoco se permiten sacrificios humanos de ninguna índole. No se practica la ingesta de sangre y carne humana representadas en símbolos como el “vino y la ostia”, como tampoco la ingesta de sangre de animal alguno. No se necesita “bañarse en sangre” para ello,  ya que los pecados son perdonados por intermedio del arrepentimiento sincero y humilde del pecador respectivo, y sobre todo, por la misericordia infinita de nuestro propio Creador.  El arrepentimiento, respaldado por un corazón contrito y humilde, es el pasaporte que se necesita para el milagro del perdón por parte del Hacedor de todo. (Salmos 34:18, Salmos  51:17, Isaías 51:15 e Isaías 66:2 ¡

Las Escrituras hablan muy a menudo de un Mashiach, de un ungido, pero Satanás o Lucifer ha estado tratando de engañarnos en cuanto a su verdadera identidad.  David, el ungido y futuro Rey de la Gran Israel  del futuro, es el verdadero Mashiach escogido por el mismo Creador.  Las profecías acerca de él  se encuentran en la Tanakh por la sencilla razón de que el mismo Creador lo dispuso así, y así se lo prometió a Su pueblo. En ella se profetiza que será “levantado de su tumba” en los “días del fin”. Es de precisar aquí que la palabra “resucitar” no existe en el Hebreo Bíblico. De ésta forma usted llegará a conocer y comprender el significado que tiene la expresión “restauración a la vida” de David; para luego ocupar el cargo de Mashiach y Rey. Lea y estudie Isaías 11:1 al 5, para llegar a comprender más claramente éste aspecto muy importante de las Profecías.


Es cierto que AHORA el rey David se encuentra en su tumba; pero vendrá el día, muy cercano el, cuando el Espíritu Santo del Creador reposará de nuevo sobre él dándole vida…para siempre! - Isaías 56: 3 al 6, nos da una muy buena descripción de ello-.  En esa oportunidad el Creador hará un PACTO ETERNO con David.  Éste “pacto y profecía” no se cumplió en vida del rey David, unos cuantos miles de años atrás, pero lo será en su “restauración” o “germinación” final. Será el mismo Creador quien lo haga posible!. Eso se corrobora también  en Jeremías 22:5 al 6 y Jeremías 33:15..

Los Hebreos, aquéllos de nosotros que hemos sido llamados a guardar y permanecer en Sus Leyes, Fiestas y Ordenanzas del Creador, tenemos maravillosas promesas.  Pero para ello debemos decidir  guardar obediencia a Él, y hacer Su voluntad..  Si no lo hacemos así perderemos la mira y nos sumiremos en las creencias paganas que tanto pululan en nuestro contorno.  Podemos afirmar que ella, la obediencia,  es muy simple, pero no es fácil porque estaremos actuando en contra de la corriente de la mayoría que prima; pero si habremos de contar con la ayuda y soporte de nuestro padre, quien siempre estará listo a ayudarnos y darnos la mano para superar los obstáculos. Como tales debemos estar en ésa búsqueda permanente de poder satisfacer Su voluntad, para bien de nuestras vidas, físicas y espirituales!

Uno de los aspectos que debemos tener siempre en mente es el hecho cierto de que el Creador, así como puede cambiar nuestras mentes  - si es que lo permitimos-   también puede hacer que aquéllos que no creen en Él, cambien sus actitudes negativas a favor de Sus hijos y de Sus propósitos.  Un ejemplo de ello lo podemos leer en la narración de 1 Samuel 6: 2 al 3, donde paganos le solicitan a sus “sacerdotes” les  aconseje qué hacer, y el Eterno los inspira a que digan que devuelvan el Arca del Eterno a Israel, pero con ofrendas por sus pecados, y puedan así ser sanados de las enfermedades contraídas a raíz de tal retención.

Las Escrituras Hebreas no niegan en absoluto  la magia, como tampoco niegan su poder de acción; pero si pone muy en claro que la misma está totalmente prohibida entre los hijos de Israel porque va en contra de los deseos del Creador, y por lo que ella significa para Él. Ello hace claro el poder entender la razón por la cual el Creador les prohibió comer del “Árbol del Bien y del Mal” a Adán y Eva: que su poder y efecto, que pueda ejercer, está en contra de lo estatuido por el Eterno mismo, y porque proviene, básicamente, de la adversaria del género humano, de Heylel, Lucifer o Satanás.

Como seres humanos que somos, hemos desarrollado un enfoque muy flexible hacia la VERDAD;  porque cuando no nos gustan ciertas palabras expresadas por el Eterno Creador, tendemos a cambiar su significado y encuadrarlo a nuestro punto de vista.  Es así como la palabra “pícaro” la hemos cambiado por la de “bueno”, creyendo tontamente que nuestro Creador es un estúpido!  Las Escrituras tienen que ver con una diversa gama de prácticas de adivinos, magos, observadores de agueros, encantadores, hechiceros, sortílegos, necrománticos, astrólogos, etc.,  donde tales “profesiones” no son permitidas poner en práctica por lo que ellas mismas implican: el mal. (Deuteronomio 18:10 al 12). Todo lo anterior es ABOMINABLE ante nuestro Padre el Eterno Creador!

Los sacrificios que cualquier ser humano esté dispuesto hacer por otro semejante proviene, en principio, de las enseñanzas de nuestro padre.  Pero ésta actitud debe tener un límite cuando se pone en peligro nuestra propia vida. Por ello debemos ser muy cautos y no llegar a efectuar una acción de suprema arrogancia y narcisismo que rompa con todo código y normal moral como el que se describe en el “sacrificio”  que hizo el “Hombre de Galilea” del Nuevo Testamento, y en donde se hace  despliegue de un falso “amor más grande que éste no lo ha tenido hombre alguno” .  Ese “amor más grande” sólo lo puede otorgar el Creador de todo, nuestro Eterno Padre. Es Él quien tiene el poder y facultad suficientes de resolver todos nuestros problemas, si es que recurrimos a Él en reverencia, sumisión y arrepentimiento. El mejor y más honroso regalo que  podamos darle a Él, o un congénere nuestro, es orarle para que provea la solución necesaria, correcta .  No olvidemos nunca que NADIE puede pagar las culpas de otro u otros, sino el mismo transgresor.  La ecuación “PECADO+ARREPENTIMIENTO= PERDÓN” sólo se resuelve entre quien peca y el Creador; si es que el transgresor se vuelve 180 grados de sus acciones erradas, en arrepentimiento sincero.

La bancarrota del CÓDIGO MORAL nuestro se ha generado alrededor de dos términos, “recursos humanos” y “capital humano”.  Aquéllos que comercian con los genes, órganos y demás partes del ser humano, hacen uso del  eufenismo de la sociedad y del estado para justificar todo acto inmoral e ilegal  de su propia codicia; la de permitir apagar la vida de un ser humano, por su sed de sangre, calificando sus actos de tomar partes del ser humano como un “recurso humano” para el bienestar de un tercero, considerando esas parte como un “capital humano” cuando, en realidad es todo lo contrario. Con seguridad que el Creador  habrá de pasar  Su “factura de cobro” a los que en éste valle de la maldad practican tales actividades, cuando no guardan ni se practican los más rudimentarios principios religiosos .

Las promesas Escriturales hechas a Abraham, y que podemos encontrar en ellas, han sido gravemente mal interpretadas, No nos maravillemos,  porque en verdad la llave clave para desentrañarlas y poderlas comprender se han perdido en virtud de la labor de las religiones de factura humana, inspiradas en las insinuaciones permanentes que provienen de Satanás. Tal llave radica en un definitivo y correcto conocimiento acerca de la identidad tanto de los Estados Unidos como de Gran Bretaña, y el Pueblo Hebreo representado, hoy día, por el pueblo Judío.  Esto puede que suene increíble, pero es la verdad. Tanto editores, como telediarios, locutores, corresponsales extranjeros, no entienden, ni han entendido aún, el verdadero significado de las noticias mundiales que ellos mismos reportan, analizan, y discuten.

Es cierto que por no haberse logrado el conocimiento real de las Escrituras Hebreas, el ser humano no ha entendido que fue puesto aquí en éste planeta para un PROPÓSITO muy importante. En una oportunidad que Winston Churcill se dirigió al Congreso de los Estados Unidos, manifestó, “…algún gran propósito y designio se está obrando aquí en la tierra…”. Ese gran propósito tampoco lo pudo comprender él.  El Creador del género humano envió con Su producto un libro que bien podríamos llamar “Manual Instructivo para el Manejo del Hombre” y revelar, allí,  ese propósito;  poder guiar a Su creación humana a fin de que tuviese una vida plena de felicidad, salud y riquezas, y cómo lograrlo, basados en Sus pautas!

Ese Libro de Instrucciones es nada menos que las Escrituras Hebreas que contienen tres tipos básicos de “conocimiento revelado”, Son ellos, 1) la educación básica que nos revela y provee el conocimiento fundamental que de otra forma no se puede obtener, 2) llegar a conocer la historia de los eventos ya transcurridos y vividos en los pasados cuatro milenios con una mortal y dolorosa estadía y permanencia, y que se atuvieron a Su Plan Maestro, y 3) la profecía que es para nosotros;  que nos la ha revelado el mismo Creador para que podamos participar de ese gran propósito que ha reservado para todos y cada uno de nosotros..

El conocimiento del Plan Maestro del Creador acerca de los eventos pre-ordenados, y en progreso, y que aún están por realizarse, es muy necesario para poder llegar  entender la dinámica de los acontecimientos de las noticias de hoy día.  Sin ese conocimiento estamos andando como aquél que da pasos en la obscuridad sin llegar a saber a  ciencia cierta hacia donde se le lleva, y cuál será ese futuro que ya casi tenemos delante de nosotros.  Esa labor se ha ido menguando porque los “Pastores” no están conduciendo a sus “ovejas” por el camino correcto.  Esos “pastores” son todos aquéllos que tienen o han tenido un oficio dentro del gobierno civil o eclesiástico.