C Á P S U L A S
L X X I
Por:
J.N.Robles Olarte
El profeta
Isaías, en su libro, nos habla en nombre del Eterno y nos dice que los
escogidos por ÉL somos sus TESTIGOS, que nos ha escogido para que creamos y
entendamos que Él es ese YO SOY de las Escrituras; que fuimos llamados para
hacer conocer al mundo que NO existe otro fuera de Él; que es AQUÉL que formó
todo y que fuera de Él no hay otro SALVADOR (Isaías 43:10 al12). En su capítulo
43, verso 1, hace referencia de ese Ser Supremo
-al Creador de los hijos de Israel-
quien habla en primera persona, especialmente en estos “días del fin”,
cuando la profecía se está cumpliendo ante nuestros propios ojos. Las condiciones que podemos observar, tanto
en Israel como en todo el mundo, es que se está fraguando algo que nos está
conduciendo hacia el final glorioso de la redención de los hijos de Israel, del
pueblo Hebreo, y de todo el mundo sumido en la ignorancia espiritual. Lo anterior se efectuará mediante la manifestación
de grandes milagros que servirán de testimonio para todas las naciones del
mundo, así como también el tan nombrado regreso de Israel a su tierra original,
la Tierra Santa! En el libro de Oseas se
nos ratifica o siguiente, “Yo Soy el
Eterno Creador, el Santísimo de Israel, desde la tierra de Egipto, no
conoceréis otra deidad fuera de Mí, porque NO EXISTE otro Salvador fuera de Mí”
(Oseas13:4)
¿Cuánto tiempo
más habrá de necesitar el Eterno Creador afirmarnos que Él es
el ÚNICO ALTÍSIMO, la Roca, y el Salvador de Israel, y de todo el mundo? A todo lo largo de la historia del pueblo
Hebreo -Sus hijos- pocos han sido los que han podido entender
lo que los Profetas afirman en relación a la verdad de que Él, el Hacedor, es
la ROCA, y que fuera de Él no existe otro SALVADOR! Él mismo NO lo conoce! Él es el Santísimo de
Israel, el ÚNICO! (Isaías 43:10 al 12).
El profeta Isaías creyó absolutamente todo lo que el Eterno le dijo; de
otra forma no hubiese consignado en su libro tal afirmación. Tal afirmación no
sólo se encuentra en Isaías, sino en otros libros que constituyen el Nevi´im, es decir los libros que
conforman tanto los Profetas Menores como los Profetas Mayores.!
Deberíamos
saber que el Creador, el Padre de los hijos de Israel, y creador de los cielos
y la tierra, es un Creador celoso (Deuteronomio 4:5), que como tal NO CEDE Su
Gloria a ninguno (Isaías 42:8), y que desea que Su pueblo sea fiel a Él en todo
Camino por Él indicado en Su palabra..
Es fácil para nosotros amar la madre, el padre, al hermano, hermanas e
hijos; aún a nuestra nación de origen.
Pero cuando nos referimos a Eterno, el Creador invisible, Creador del
que sólo hemos oído por boca de nuestros padres y a través de las historias que
se nos han contado, con el que no tenemos una relación personal y directa, con
quien sólo nos relacionamos por Su Palabra escrita, la cosa tiene otro cariz.
Es entonces cuando consideramos que n es real, que nada tiene que ver con
nosotros. Por tal razón, mantengamos un permanente recuerdo de lo que nos
aconseja Éxodo 20:3 al 5.
No nos cansaremos de ATALAYAR a nuestros hermanos Hebreos
de mundo! “Oíd la palabra del Eterno, o
hijos de Israel, porque el Creador tiene una contienda con los habitantes de la
tierra, por cuanto NO HAY VERDAD y NO HAY MISERICRDIA, y NOEXISTE EL CONOCIMIENTO
acerca del hacedor de la tierra. El
jurar y el negar lo ya jurado, el asesinar, el hurtar, y el adulterar
prevalecen, y un delito de sangre sucede a otro. Por eso se marchitará la tierra -como sucede hoy día-- , y cuantos habitan en ella desfallecerán
juntamente con las bestias del campo, las aves del cielo, y hasta los peces de
la mar perecerán…Mi pueblo será DESTRUÑÍDO POR FAL DEL conocimiento espiritual
correcto…Yo te rechazaré para que NO SEAS MI SACERDOTE, puesto que te has
olvidad de la Ley y de tu Creador…”(Oseas 4:1 al 3 y 6).
El Creador nos
dice, por intermedio de Jeremías, que debemos volvernos a Él para que Su ira no
recaiga sobre nosotros, que Su ira no durará para siempre y que nos habrá de
proveer de pastores según Su corazón, quienes nos alimentarán con el verdadero
conocimiento y dándonos entendimiento. (Jeremías 3: 14 al 15). El resultado de éste retornar a Él, y a Su
Palabra, Sus Leyes, hará posible que nos pueda llevar a la Tierra Prometida, a
Sion, donde nos estarán esperando pastores con el conocimiento correcto de Su
palabra, encontrando allí la comprensión respectiva y necesaria de toda Palabra
que ha salido de los labios del Creador.. Éste conocimiento tendrá que ser
adquirido por todos y cada uno de los hijos de Israel, los que han estado
extraviados siguiendo a otros salvadores, creación del hombre!. Éstos serán
Pastores conforme al corazón de nuestro Padre y Creador, así como lo fueron
Abraham, Moisés, David, y el profeta Jonás quienes siempre recurrieron a Él
para dejarse guiar por el camino correcto!
La frase
“Historia de la Profecía” suena como una contradicción de términos. Alguien,
alguna vez, dijo que “la Profecía es la historia escrita por adelantado”, Lo contrario sería más bien, “la Historia es
lo que ya se ha vivido”. No es ello un embrollo
de confusiones, especialmente si se llega a comprender que la profecía
no es nada más que las promesas de un ALTÍSIMO, Perdurable, y Poderoso Creador
que nunca habrá de cambiar o se habrá de reemplazar. Por tanto, cualquier cosa que Él haya dicho
al comienzo de la creación del hombre, es verdad aún hoy día. Si nuestro Creador habló sólo una vez algo,
aún está o tiene efecto ya sea que lo dicho, sea Ley, Mandamiento o Juicio, u
otra cosa, lo dicho hará ÉL que sea una realidad en su respetivo tiempo.
Lo que haya
prometido hacer, bueno o malo ante los ojos del hombre, tiene su fundamento en
Su justicia, Su amor, y Su propósito
La razón por la
cual usemos más el gentilicio “Hebreo” por el de “Israelita”, se basa en el
hecho histórico de que Abraham formó parte de aquél grupo, y se le llama “hebreo” en Génesis 14:13. Éste grupo, digámoslo así, tuvo una cierta
“religión” que llamaremos “La Fe Hebrea”, fe que no tiene ninguna relación si
con el Judaísmo, y menos aún con el Cristianismo, ni ningún otro grupo
mayoritario de creyentes ortodoxos.
Existe en nuestra Fe Hebrea una continuidad en su misma historia, de
aquélla “religión” del grupo constituido por Hebreos. Ésta continuidad se puede afirmar que llega
hasta la muerte de José. Y a partir de su muerte la misma historia nos
demuestra que ha habido cambios e infidelidades que nos han llevado a las
tragedias que hoy vivencia el mundo y notros como pueblo.
Cuando Abraham
nació, sólo Nahor, Peleg y Noé habían muerto de todos aquéllos que se mencionan
después del Diluvio. Todos los demás
estaban vivos aún. En realidad, Noé
murió dos (2) años antes que naciera
Abram. Cuando joven, éste, con toda
seguridad, oyó hablar a su abuelo SEM dar explicaciones acerca de la religión
de YHWH, del Creador, cuyo nombre es el Eterno (Éxodo 6:3). En realidad, es la única fe religiosa de las
Escrituras,. Ésta fe religiosa se centra
alrededor de la UNICIDAD de nuestro Hacedor, y de nuestra relación con Él, como
bien lo explican los primeros cuatro (4) de los Diez mandamientos de nuestro
Padre!
Se puede
afirmar que los DIEZ MANDAMIENTOS no
fueron escritos hasta los días de Moisés.
Ello es cierto hasta cierto grado
porque los mismos fueron conocidos y practicados amplia y fielmente
desde Adán hasta José. Lo anterior lo Ratifica la afirmación que en Malaquías
3:6 leemos, “Porque YO, el Eterno, NO
CAMBIO:::”, y no cambia por la sencilla razón de que Él, que es
ETERNO, NO PUEDE CAMBIAR. Sólo lo físico, lo temporal, lo material,
cambia; ésta es una característica
fundamental y cierta de toda materia-¡Toda materia cambia y se transforma¡
Isaac, el hijo
de Abraham, nació en el 2100 A.M. (Adoni Moni o Año del Mundo) cuando éste
tenía 100 años de edad y Selah, Sem y Eber estaban aún vivos. Eber o Heber
murió dos (2) años después que Abraham, de tal forma que todos los patriarcas
prácticamente vivieron en ese mismo
tiempo. Isaac murió un (1) año antes que
muriese su nieto José y llegara a ser el segundo, en autoridad después de
faraón de Egipto.. Jacob, el hijo de
Isaac, nació en el 2148 A.M. y tenía 15 años cuando murió Sem. José, el hijo de Jacob, Israel, nació en el
2259 A.M., y murió en el 2369 A.M. Hasta
ese momento la práctica religiosa o fe practicada por los Hebreos era estable,
y permaneció así hasta 144 años más cuando el pueblo de Israel, esclavos en
Egipto, fueron liberados de su cautividad vía Moisés y por expresa voluntad del
Creador. Así es cómo, después de la
muerte de José, el último de los Patriarcas, los Hebreos o Israelitas se fueron
hundiendo en la completa idolatría, perdiendo, poco a poco, la práctica
religiosa de sus ancestros!
Éste grupo se
mantenía en contacto dada su fidelidad para con el Creador; actitud que sirvió como una razón de vivir y
agradarLe, apoyándose unos con otros y al contacto real y permanente con el
YHWH mismo, el Creador de todo! Lo
anterior fue la causa por la que nada había que escribir, puesto que TODOS
estaban en un común de acuerdo con respecto a los Preceptos, Mandatos y Leyes
del Creador. Con la muerte de José se da
el hecho de que ésta continuidad de fe religiosa de inicio a la disminución de
su fidelidad y conocimiento del verdadero Creador. No tenga por seguro que las demás naciones no
sabían de la antigua fe Hebrea! No. Todo
lo contrario, lo sabían perfectamente pero, como es la tendencia humana natural
influenciada por Heylel, se fueron por sus propias prácticas religiosas, y
costumbres paganas que aprendieron de sus vecinos, como sucedió con el notable
caso de NIMROD, a quien SEM; tuvo
que ordenar le mataran porque estaba intentando hacer creer a los demás que él
era el mismo Creador! (Génesis 10:8 al 9)
Las naciones
del mundo sabían de los Patriarcas y de sus creencias, pero se rebelaron contra tales enseñanzas y
prácticas. Por ello la adversaria jurada de la humanidad, Heylel, se ha valido
de la naturaleza humana ara abrir espacio a toda esa gama de religiones de
factura humana, para llevarlos por el camino del pecado y la rebelión. De ésta forma ella cambió, modificó y
mistificó, poco a poco, todo lo de la verdadera historia y enseñanzas de nuestros Patriarcas, dando nacimiento a
esa variedad múltiple de religiones. Una
de ellas, la más antigua, fue la de hacer creer en una “vida eterna” vía la
resurrección de un hombre, Helenizada por los Griegos, para hacer de ello un
“alma inmortal” por el derramamiento de sangre humana como sacrificio grato a
los ojos de un dios falso y sediento de la misma. Todo ello fue escrito mucho antes de que
Moisés fuese inspirado a escribir la Torah! Lo que ha seguido es ya historia
escrita en muchos libros con el propósito de desviar la humanidad por el camino
de la rebelión e infidelidad. Han
olvidado tozudamente todas las palabras del creador, “…que Yo estoy e medio de mi pueblo Israel, que Yo soy el terno, vuestro
Creador, y que no existe NINGÚN otro, y vendrá el día cuando Mi pueblo no será
NUNCA MÁS avergonzado” (Joel 2:27)
Cuando lo ya
expuesto por Joel sea una realidad ineludible, será cuando el Eterno nos dirá,
“Derramaré Mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos e hijas,
vuestros ancianos soñarán sueños y vuestros jóvenes verán visiones; también
sobre vuestros siervos y siervas derramaré Mi Espíritu, y manifestaré
maravillas en los cielos y en la tierra: sangre y fuego y columnas de humo, el
Sol estará en tinieblas, y la Luna en sangre.
Esto último se dará antes que suceda “aquél grande y espantoso día de el
Eterno Creador””(Joel 3:1,2,4).”Pero el
que invoque el nombre Mío será salvo, y habrá salvación también en Sión y
Jerusalém” (Joel 3:5)
¿Hasta cuándo
vamos a estar alejados de nuestro Creador y de Su palabra? ¿Hasta qué momento nuestra irreflexión
permanecerá en nuestros corazones para poder llegar a obtener la verdad, Su
verdad, consignada como está en Sus Sagradas Escrituras? Hermanos hebreos queridos, o no hebreos,
atendamos Su llamado amoroso y démosle cabida, en nuestros corazones, a Sus
instrucciones de amor y misericordia, “Escuchad
la palabra que el Eterno Creador ha hablado contra vosotros Oh Israel, contra
toda la estirpe que hice subir de Egipto. A Vosotros sólo He conocido de ente
todas las parentelas dela tierra, por tanto os castigaré por todas vuestras
iniquidades…castigaré los crímenes de Israel.” (Amos 3, 1,2,14)