NUESTRA DECADENTE EDUCACIÓN
Por: J. N. Robles Olarte
Cuando pensamos en “educación” creemos que la misma es la correcta, ya que hemos sido educados con ese convencimiento a lo largo de nuestras vidas.
En verdad tal educación es y ha sido, en los siglos transcurridos, esencialmente pagana en origen y carácter. El sistema académico que ha regido en nuestras escuelas y universidades se ha fundado en las enseñanzas paganas del filósofo Platón, y fuera de ello se ha inyectado, por decirlo así, el racionalismo alemán con sus teorías ateas acerca de la evolución.
La antigua creencia del gnosticismo, es decir, “conocemos”, se ha reemplazado por el agnosticismo o, en otras palabras, “no sabemos” o “somos ignorantes”. Esta ignorancia ha sido glorificada, por nuestras instituciones como “conocimiento” o “ilustración”.
Nuestras instituciones educativas se han dedicado a entrenar estudiantes para que obtengan un ingreso económico en sus variadas profesiones, ocupaciones o vocaciones. Han fallado lamentablemente el haberles enseñado el “cómo vivir”. Han cometido el gran crimen de desarrollar la máquina, mientras han fallado tristemente en haber sabido desarrollar al hombre de forma integral..
En nuestra educación “moderna” nos encontramos con la perpetuación de los falsos valores, la enseñanza de una historia distorsionada, de una psicología deformada, y de las artes y ciencias pervertidas, todo ello en verdad, un conocimiento sin valor alguno.
Un experto y líder de la filosofía educacional, el Doctor Donald M. Dozer (Profesor de historia y emérito de la Universidad de California), expresó lo siguiente con respecto a nuestra educación contemporánea:
“Nuestra era es una dominada por verdades a media y es por ello que muchas causas y razones no se pueden encontrar en los procesos de una mejor educación superior. Las universidades de Norteamérica – y por ende las que siguen sus modelos – han sucumbido al culto del “capricho”, al sensacionalismo y aún a la vulgaridad crasa. A los nuevos cursos de escatología -(conjunto de creencias o de doctrinas que se refieren a la vida de ultratumba; estudio de los excrementos fecales, como en medicina, paleontología o biología; obsesión con las funciones excretoras o con el excremento) - , disfrazados como sociología, antropología o literatura se la ha dado, en las aulas, una plataforma de respetabilidad…En la medida en que los estudiantes se han involucrado en planificar su currículo no han considerado la idea de que tales cursos, ricos en contenido, inhiben sus impulso y representan e verdad una imposición sobre ellos mismos. Esto ha llevado a la multiplicidad de universidades con “estudios creativos” los cuales bien podrían ser denominadas universidades de “estudios indisciplinados” donde las exposiciones o discursos son evitados por ser consideradas “burguesas” y es así cómo los estudiantes se educan a sí mismo con sesiones sin valor pedagógico alguno.(1)
El proceso de educar en éste mundo ha sido uno de canalizar conocimiento a la mente de los educandos. Es, en verdad, un proceso de sólo memorización. Al estudiante se le enseña por medio de los textos y los mismos consideran que dicen la verdad y tienen autoridad para ello.
En suma, al estudiante se le pide que lea, estudie, acepte y memorice. En los exámenes se les califica basado en lo que respondan y esté de acuerdo al texto estudiado. Se supone, de acuerdo a lo anterior, que el estudiante no debe hacer pregunta alguna al respecto, sino aceptar y creer.
La educación moderna se ha basado, y se basa aún, en fundamentos falsos, inciertos, erróneos. Los supuestos “educados” de éste mundo – aún aquéllas grandes mentes – han absorbido un conocimiento falso. Han sido entrenados en falsas conclusiones y, por lo general, tales errores se han basado en asumir, como ciertas, falsas premisas o hipótesis que nunca han cuestionado –y que, por supuesto, no han probado en absoluto. Las mentes de nuestros “intelectuales” se han llenado de falsas hipótesis. Han permitido que sus mentes se hayan llenado de un falso sentido de valores. Pareciera que estas mentes cultas no aceptan la verdad y la consideren fábula. Lo correcto es para ellos una tontería, y lo que está profundamente errado lo consideran verdad.. Tienen la visión de mal considerar la verdad y es así como creen en la evolución del hombre, considerándolo sólo como otro animal más de la creación. No es raro oír a mentes ilustres decir que el hombre es un animal. Si ello fuese cierto entonces podemos concluir que, como el género humano fue creado a “imagen y semejanza del Creador”, el Creador mismo es un animal también. ¡Qué barbaridad y cuanta ignorancia en éste mundo ilustrado¡
Serás posible que continuemos en tan estúpidos errores que lo que hacen es que nos degrademos al nivel de un animal cualquiera?
Por lo menos yo no me considero uno de la especie animal!!!!
(1) “Educational Humbuggery”, The University Bookman, 1978. Dr. Donald M. Dozer.
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