Nos cuenta el Rey Salomón:
“”“¿Por qué se alborotan las naciones, y los pueblos meditan vanidad?
Hacen preparativos los reyes de la tierra, y sus príncipes consultan a una contra el Eterno Creador, y contra su ungido –Salomón- diciendo : “”Rompamos las coyundas de ellos –el pueblo Hebreo- y echemos de nosotros sus cuerdas –enseñanzas-¡””
Mas el que mora en los cielos se ríe de ellos, el Eterno Creador se burla de ellos. Entonces les habla a las naciones en Su ira, y en Su ardiente indignación los conturba, y les dice : “”Pero Yo he ungido Mi Rey sobre Siyyón - Sión-, Mi santo monte¡
Anunciaré –dice Salomón- el decreto: El Eterno Creador me dijo : “”Mi hijo eres tú, Yo te he engendrado hoy –el día aquél cuando Él lo escogió como Rey- .Pídeme, y te daré las naciones por tu herencia, y por tu posesión los confines de la tierra. Los quebrantarás con vara de hierro; como vaso de alfarero los desmenuzarás.””
Y, ahora Reyes y Príncipes del mundo, obrad con prudencia; dejaos amonestar, jueces de la tierra! Servida al Único y Eterno Creador con temor reverente, y alegraos con temblor.
Armaos de pureza, no sea que ÉL se enoje, y perezcáis en el camino de vuestra vida, cuando se encendiere un poco Su furor.
Bienaventurados serán todos aquéllos que en ÉL confían.”””
Salmos 2: 1 al 12.-
Nota: Lo anterior se ha venido sucediendo en el transcurrir de la historia humana. Los pueblos y naciones no han querido aceptar la palabra de nuestro Creador y saber y entender que ÉL escogió una nación, de entre todas, como la Suya propia: ISRAEL.
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