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C Á P S U L A S
=XLVII=

Por: J.N.Robles Olarte


Cuando se hace referencia a Jacob (ISRAEL), las Escrituras afirman categóricamente, “así dice el Creador, e Redentor de Israel y Su Santo , al despreciado de los hombres, el abominado de las naciones, al siervo de los gobernantes: Reyes te verán y se levantarán; príncipes se postrarán a causa del Eterno Creador, que es fiel, el Santo de Israel, que te ha escogido…porque marido tuyo, Oh Jacob, es Tu Creador, el Comandante de los ejércitos celestiales; y tu Redentor es el SANTO DE ISRAEL: Creador de toda la tierra será llamado” (Isaías 49:7 y 54:5)

A la luz y en contexto con las Escrituras una persona cualquiera podrá merecer la “muerte eterna” si se rehúsa abandonar los caminos malvados (Malaquías 3:18721). Para tal castigo el Eterno Creador hará uso de Su fuego eterno -de Su ira- contra todos ellos, mas los justos saldrán ilesos del mismo! Existen dos formas como los justos habrán de ser salvos, 1) lo serán , físicamente, si no se han rehusado a seguir las indicaciones del Creador en cuanto a Sus Leyes, Estatutos, Preceptos y Mandatos, 2) serán salvos espiritualmente obteniendo la salvación eterna, librados de las garras de la muerte!

En cuanto al Cristianismo, digamos que ni el autor Romano JOSEPHUS ni PHILO de Alejandría mencionan en ningún parte de sus obras a los Cristianos por su nombre, no se refieren a la religión por ellos practicada, pero si hacen referencia acerca del ESENISMO y sus prácticas religiosas procedente de una de las tres sectas del Judaísmo -los ESENIOS. Escritores cristianos de esa época como EUSEBIUS, del siglo cuarto, afirma, “Aquéllos TERAPEUTAS (ESENIOS) FUERON Cristianos, y sus antiguas escrituras vinieron a formar parte de nuestros EVANGELIOS…los Esenios fueron los primeros Cristianos en el tiempo cuando Eusebius vivía. (Fuentes: Historia Eclesiástica de Eusebius, pág.63, y “Cristo el Espiritu” de Robert Taylor, pág. 110)

Llevados de la mano por la historia y contando con la lógica humana, bien podemos concluir que, 1) el Cristianismo se inició con la Secta de los Esenios, 2) que todo Cristiano de esa época fue conocido con tal apelativo, en cualquier país donde estuvieren, en un tiempo posterior al del autor TÁCITO (104 A.D.), quien fue uno delos primero de los 300 escritores de la época, y quien también hacen mención de Cristo y de un Cristianismo incipiente pero poderoso. Otro de los escritores de aquélla época es ARIUS CALPURNIUS PISOS, y algunos más de su familia quienes tenían nexos muy poderosos con los emperadores de Roma, y quienes deseaban mantener sus privilegios allá en las tierras de Jerusalém. No esta por demás decir que el nombre de FLAVIUS JOSEPHUS o JOSEPHUS , a secas, es el nombre literario del mismo Arius Calpurnius Pisos.

De acuerdo a las Escrituras Hebreas si una persona ha de ser salva de la muerte eterna se necesita para ello de ciertos requisitos como, limpiarnos por el arrepentimiento de nuestros pecados pasados, no continuar en ellos, cesar de hacer el mal, aprender a cumplir las Leyes del Eterno, hacer el bien, buscar la justicia y clamar por sabiduría al mismo Creador del Cosmos y sus universos, como bien lo estipula Isaías 1: 15 al 20. Cuando nos volvemos de nuestras viejos caminos e iniquidades y aprendemos a hacer lo que a nuestro Creado le place, vendrá sobre notros una gran recompensa que encontraremos resumida en Ezequiél 36:25/28!

Las Escrituras hebreas están repletas de promesas de vida eterna, y no solo para el pueblo de Israel sino también para todo el género humano! No esta por demás repetir que para poder recibir esa “vida eterna” tan deseada existen condiciones muy claras por cumplir, 1) hay que morir, fallecer, dejar de ser como lo aclara Job 4:19/20 y 14:1/2, 2) ser despiertos por la misericordia del Eterno Creador, previo perdón y olvido de los pecados e iniquidades cometidos por nosotros, como bien lo describe Isaías 65:16/18. En verdad que la mente del ser humano no puede imaginarse ni tener la más remota idea lo que Él puede hacer por aquéllos que esperan en Él ¡ (Isaías 64:4)

La promesa de VIDA ETERNA, previo perdón por arrepentimiento sincero, ha sido consignada en las Escrituras Hebreas desde el mismo libro de Génesis; por ello podemos afirmar que el fruto de llegar a ser JUSTOS es haber erigido un ÁRBOL DE VIDA para nosotros(Proverbios 11:30). Ser “justos” es precisamente obedecer todo Mandamiento, estatuto, Precepto o Juicio, como también recordar , hacer nuestro, y vivir el Camino de Vida que Él nos trazó en Su palabra. (Isaías 64:4 y Job 14:12/17). Es así como los israelitas, el pueblo hebreo habrá de obtener, por Su misericordia, una salvación para toda una eternidad!(Isaías 45:17).

Josephus (c.35/100 A.D.) conocido ciudadano Romano, en la obra que lleva su nombre, Libro XVIII, Capítulo 1, versos 3 al 5, nos da una interesante información con respecto a los ESENIOS –presumiblemente los primeros Cristianos- y dice, “los Esenios se adscriben a “Dios”, y enseñan acerca de la inmortalidad del alma, y estiman que la recompensa de los justos se debe lograr con ahínco”. Éste debate bien pudo ser la piedra angular que usaron los Judíos para aceptar y practicar de tal doctrina, y como tal la incluyeron en dos de sus libros apócrifos, 2 de Macabeos y el de Sabiduría. Se hace mención de “vida eterna” en 2 Macabeos 7:9 y Sabiduría 2:23, 3:4 y 5:15, que la comparan con la Eternidad del verdadero Creador!

Cualquier persona que no sea Israelita puede permanecer dentro de alguna de las Tribus de Israel y obtener varios de los beneficios que los naturales tienen por serlo (Levítico 24:16 y Éxodo 12:49 y 22:21), Para tal efecto deben llenar 15). Si tendrán derecho a heredar dentro del grupo familiar –Tribal- donde se ubiquen, aunque siguen guardando el estatus de “extranjero”(Ezequiél 47:22/23)

los siguientes requisitos, 1) ser circuncidados en su carne, y 2) ser circuncidados en el aspecto espiritual, es decir, vivir y practicar lo que los mismo Israelitas deben cumplir y practicar. Lo anterior no les da el derecho de poderse llamar Israelitas, más si gozar de variadas prerrogativas por temer al Creador , practicar Sus Estatutos, y vivir con Su pueblo como bien lo estipula Éxodo 20:10, 12:44/49, Génesis 17:26/27. Además de lo anterior no pueden llegar a ser rey, ni ser ungidos (Ezequiél 44:9, Éxodo 30:30, Deuteronomio 17: