Por Ken Graydon
El día de Expiación es el día de estar “en unión con el Creador”. Para aquellos de nosotros que guardamos el calendario de la luna llena escritural (Salmos 81:4, Biblia de Jerusalén. De aquí en adelante se usará tal versión a menos que se indique lo contrario), y que en éste año del 2002 cayó entre el 30 de Septiembre y el día uno de Octubre, fue un “un día de aflicción” en el que ayunamos totalmente. Fue un “Sábado Anual” y por ello no hicimos trabajo; inclusive no preparamos alimento alguno para tal fecha, lo que si es permitido en los otros Sábados, ya sean estos semanales o anuales.
A menudo hemos escrito acerca de la necesidad de arrepentirnos. Y éste día, precisamente, se separa como el espacio de tiempo para realmente estar conscientes de nuestras muchas faltas, de todos nuestros pecados, cometidos ya sean por omisión o comisión.
Si usted, regularmente, no es de los que se arrepienten ante el Eterno Creador el hacerlo, en ésta fecha, una vez al año, podría convertirse en una experiencia emocionante de aflicción genuina.
También es una buena oportunidad para leer y estudiar el libro de Jonás en su propia Tanakh o Escrituras Hebreas, ya que allí, en ese pequeño libro, existen muchas lecciones que aprender.
A Jonás no le gustaba el pueblo de Nínive ya que el mismo se estaba fortaleciendo y capturando a las naciones que conformaban los alrededores de Israel.
Cuando el Eterno le dice que vaya a Nínive y clame contra ellos, por su maldad, él opta por irse a otro rumbo diferente. Jonás sabía, perfectamente, que si él hacia lo que se le había indicado el pueblo de Nínive se podría arrepentir y así no ser castigados con el castigo que él mismo consideraba merecían y que Israel estaría en peligro.
Lo anterior no fue problema alguno para el Eterno Creador, y por ello Él desencadenó una tormenta alrededor del barco donde Jonás pretendía huir del Creador. Por la violencia de tal tormenta los marineros echaron suertes, como se solía hacer en esos tiempos, para saber quién era el causante de tal tragedia y, por supuesto, recayó sobre Jonás.
Observe usted la forma interesante como Jonás se identifica a sí mismo : “Soy Hebreo y temo al Creador del cielo, que hizo el mar y la tierra” (Jonás 1:9). Asevera que él es Hebreo, y no dice que es Judío o Israelita!
La tripulación del barco en realidad no deseaba tirar por la borda a Jonás –era gente buena que sólo estaba pasando por un mal momento- pero él los persuade que lo hagan y, de inmediato, la misma se calma. Al instante la tripulación se convierte en adoradores del Creador.
Jonás es tragado, posteriormente, por un gran pez y permanece dentro del vientre del mismo tres días de desagradable pero sincero arrepentimiento –estuvo en “unión” con su Creador- antes de que fuese vomitado en la orilla.
El Eterno Creador, de nuevo le dice que vaya a Nínive. En ésta oportunidad el va a Nínive de inmediato (Jonás 3:3)
Cuando el Creador nos llama a la acción, Él espera y desea que actuemos de inmediato! No nos dejemos engañar por ninguna enseñanza pagana que nos induzca a hacer todo lo contrario, haciendo uso de nuestro “libre albedrío”.
La Tanakh o Escrituras Hebreas están llenas de historias de personas que se convencieron que debían ser obedientes a nuestro Soberano ¡
Jonás arriba a Nínive, y de inmediato se pone a entregar el mensaje que se le encomendó, y les dice que sólo cuenta con cuarenta días para que se arrepientan, o de lo contrario la ciudad sería destruida. Todos se arrepintieron ¡ Ayunaron –aún los animales- y públicamente se arrepintieron de sus faltas. Por ésta causa el Creador canceló lo que había previsto, Su castigo!
Jonás, por supuesto, no se sintió feliz por el arrepentimiento del pueblo y por la cancelación del castigo pertinente, por parte del Creador.(1)
Sus mejores vestidos de viaje se habían cubierto con el vómito del gran pez. Y se sienta por allá sobre una colina, a mirar la ciudad y le dice al Creador que se considera infeliz por la decisión que Él ha tomado en perdonarles la vida, ya que su deseo era el que murieran todos ellos.
Es entonces cuando nuestro amoroso y bondadoso Creador le señala y da una lección acerca de los verdaderos valores. Le hace crecer, don se encuentra, una planta de ricinpo que le provee de sombra y le libra del ardiente sol. Pero, rápidamente, un gusano surge y mata a la planta y Jonás se queja de nuevo por ello.
Es cuando Élle dice : “Te parece que esta bien irritarse por éste ricino? Tú tienes lástima de un ricino, por el que nada te fatigaste, que no hiciste tú crecer, que en el término de una noche fenece, ¿y no voy Yo a tener lástima de Nínive, la gran ciudad, en la que hay más de ciento veinte mil personas que no distinguen su derecha de su izquierda, y una gran cantidad de animales?”
Cuando el Creador nos llame a la acción, ¿habremos de obedecerle? Si Él nos dice que ayudemos a personas de quienes no gustamos, ¿habremos de obedecerle? Y si somos llamados al arrepentimiento urgente, ¿habremos de obedecerle? Si muchas son las cosas que le suceden a otras personas, y a nosotros mismos, a raíz de la desobediencia, ¿podremos entonces decir “Soy Hebreo y sirvo al Eterno Creador?” ¿Podremos tratar de entender y comprender los valores del Eterno y poner en práctica Sus caminos de hacer las cosas?
El Día de Expiación es una buena oportunidad para que podamos ponderar esas preguntas.
(1) ►Nota del Editor: “ A Jonás se le menciona en 2 Reyes 14:25, justamente antes de que Israel sea llevada en cautividad a Asiria. El relato se inicia partiendo del versículo 29 del capítulo siguiente.
Surge una primera pregunta de todo lo anterior y es, “¿Por qué el Creador haría ir a Jonás a Asiria para anunciarles que se arrepintieran justamente antes que Israel fuese tomada cautiva?
Para responder esa pregunta debe ir y leer a 2 reyes 14:23 hasta 2 reyes 15:29. Note usted que el Creador esta preocupado por Israel, aunque ellos han pecado enormemente. Es así cómo Él esta preparando la próxima cautividad de Israel si es que ellos no se arrepienten.
Él está a) asegurando los linderos entre Israel y Judá, y saca de allá a los Judíos antes de la cautividad de Israel, b) enviando a Jonás para que Asiria se arrepienta de sus pecados de tal forma que Israel, cuando sea tomada cautiva, encuentre un régimen gentil compresivo, y c)
Dándole a Israel otra oportunidad de arrepentimiento que ella ya ha rehusado cumplir.
Por lo tanto la cautividad de Israel, departe de Asiria, comienza en 2 Reyes 15:29.
El llamado de Jonás a Israel, que encontramos en 2 reyes 14:25, es el mismo de hoy día como lo fue antes, y es : “Arrepentíos de adorar al dios sol o iréis al cautiverio”
La segunda pregunta es , ¿Nos arrepentiremos de adorar al dios sol o iremos al cautiverio como lo hicieron nuestros antepasados?
Un Día Nacional de Expiación ayudaría… pero sólo el tiempo lo dirá!
Una segunda lección que podemos aprender, en relación a la gran misericordia de nuestro Creador, es la que Jonás nos enseña en el libro de su nombre, en el capítulo 4, versículos 1 y 2. (C.J.V.)◄
N.B./ Traducción y adaptación de su original por parte de J.N.Robles Olarte y publicado en el The Hope of Israel. Medellín Septiembre 2002.
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