Generaciones
Génesis 26:30 – 27:27
Por Ketriel Blad
Y Jacob dijo a su padre: Soy Esaú tu primogénito. He hecho lo que me dijiste. Levántate, te ruego. Siéntate y come de mi caza para que me bendigas. (Gén. 27:19 LBLA)
¿Puede el fin justificar los medios?
Rivká tenía más revelación que Yitsjak acerca de lo que el Eterno pensaba de sus dos hijos. Ella supo que por mucho honor que Esav estuviera dando a su padre, dentro de él había cosas muy desagradables para el Eterno y no iba a ser el heredero de las promesas (Gén 25:23, 34; Mal. 1:2-3; Heb. 12:16; Rom. 9:13). Ella sabía que los descendientes de Esav no iban a ser los portadores de la herencia espiritual de la familia, porque él se había casado con dos mujeres hijas de Kenáan (26:34-35).
Por lo tanto, cuando ella supo que Yitsjak quiso depositar en Esav la bendición de la herencia espiritual para el primogénito, maquinó un plan para que Yaakov recibiera esa bendición engañando a su padre. Yaakov aceptó la idea de su madre porque él deseaba lo espiritual con todo su corazón (25:27). Finalmente el Eterno permitió que Yitsjak fuera engañado y Yaakov bendecido en lugar de Esav.
La pregunta que nos surge es: ¿Es correcto lo que hicieron Rivká y Yaakov engañando a Yitsjak de esa manera? ¿Puede el fin justificar los medios?
Rivká había dicho que si Yitsjak se hubiera dado cuenta de que Yaakov estaba intentando engañarle y le hubiera dado una maldición, esa maldición habría caído sobre ella. Ahora, Yitsjak no se dio cuenta y no maldijo a Yaakov, y por lo tanto Rivká no recibió ninguna maldición.
Entonces ¿sólo hubo bendición en la vida de Yaakov por haber engañado a su padre? Ciertamente que no. Las consecuencias de ese engaño llegaron a ser muy graves para toda la familia. Primero despertó odio y planes de homicidio en Esav contra su hermano. Sembrar discordia entre hermanos es uno de los delitos más aborrecidos por el Eterno (Prov. 6:16, 19). La conspiración engañosa también causó veinte años de sufrimientos en la galut – diáspora en griego, destierro en castellano – para nuestro padre Yaakov. Yaakov no solamente tuvo que sufrir la experiencia traumática de quedarse sin contacto con su familia, para no hablar de la pena de sus padres, sino que durante esos veinte años fue tremendamente engañado por su tío Laván, quien le hizo casarse con una mujer que no quería y le cambió el salario de su trabajo diez veces.
Es cierto que Yaakov se quedó con la bendición, pero tanto él como su madre tuvieron que sufrir las graves consecuencias de haber engañado a su padre. Sólo después de haber sido quebrantado sicológicamente y dañado físicamente por un ángel, pudo reconciliarse con su hermano y obtener la bendición de manera lícita.
Pero si el Eterno no quiso que Esav recibiera la bendición, ¿no era correcto lo que hicieron Rivká y Yaakov? No, no era correcto. El Eterno es muy sabio y suficientemente poderoso para cambiar las circunstancias para que Su voluntad se cumpla en la tierra según su eterno propósito. Él hubiera podido arreglar la situación de otra manera para que Yaakov recibiera la bendición en lugar de Esav, lo cual era Su plan.
Pero el que intenta ayudar al Eterno con medios sucios, mentirosos y engañosos, trae sobre sí su desagrado y tendrá que pagar un alto precio hasta que se humille y aprenda la lección de nunca más hacer algo semejante.
Ningún fin podrá justificar medios ilícitos. Todo lo que el hombre siembre, también lo segará.
Sé honesto y ama la verdad y no intentes conseguir bendiciones espirituales a través de medios sucios. Así evitarás muchos años de exilio con engaños gravísimos y duro trabajo.
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