domingo, 25 de julio de 2010


C Á P S U L A S
= XI =

Por: J.N.Robles Olarte

En algunas tabletas cuneiformes halladas en las ruinas de algunas de las ciudades, fundadas antes del Diluvio, se encontraron grabadas con algunos de los Diez Mandamientos que más tarde el Eterno le dio a Moisés en el Monte Sinaí. Ello nos indica claramente que los mismos SI FUERON conocidos y practicados antes del Diluvio por algunos pueblos que veneraban y adoraban al Eterno Creador! Sem, en unión de su padre Noé, sus otros hermanos, Cam y Jafet, y sus respectivas esposas se les puede calificar como ante-Diluvianos. El único de los hijos de Noé que considero como su Creador y Soberano al ETERNO fue Sem, como nos lo atestigua Génesis 9:26. Por esa razón y dada su fidelidad para con el Creador, lo elevó al Sumo Sacerdocio según el orden de Melquizedek. De los otros hermanos proceden las naciones gentiles restantes. Desde Adán hasta la construcción de la Torre de babel se habló el Hebreo; lenguaje también de Heber por lo que se les conocía como “IBRIM” o “IVRIM”.

En la visión que se relata en Zacarías 5: 1 al 4, quien habla allí en primera persona es el Eterno. Allí se proclama que el Eterno ha de enviar una maldición sobre la tierra por manos de Heylel. Esa maldición es para todos aquéllos que siguieron y siguen más a lo que Heylel ha enseñado que seguir y poner en práctica las enseñanzas del Creador, consignadas en Sus Escrituras, las Escrituras Hebreas.

La fe ABRAHÁMICA o fe HEBREA es el fundamento que se basa enl as Escrituras Hebreas que bien representó Abraham durante su vida terrenal. Se centra en tres aspectos primordiales. El primero de ellos se basa en que se cree en UN SOLO y UNICO Creador o deidad. El segundo se basa en seguir el camino de ese Creador, y el tercero es el poder participar en el Plan Universal que el Eterno tiene en mente para TODO el género humano. Ésta única y verdadera “religión no ha cambiado con el transcurrir de los siglos, y aún es VÁLIDA.

Y H W H es esa deidad o el Creador quien fue, es y será Eterno, porque Él lo es. Ello es lo que significa Su nombre, y se traduce ETERNO en todos los idiomas. Eso no se puede decir de ningún otro que haya sido o pueda ser o existir en el Cosmos y sus universos!

Existe un curioso aspecto en la genealogía de Jesús, el Hombre de Galilea del que pocos Cristianos se han percatado. Se trata de la genealogía que el ibro de Mateo narra acerca de él. Deliberadamente deja por fuera a los reyes AZARÍAS, JOASH, AMAZIAH Y JEHOJAKIM, que si se mencionan en 1 Crónicas 3:10 al 16. Esto hace nula la asveración de mateo que “de David hasta Josiash hubo catorce generaciones”. Lo anterior ca emparejado a otro aspecto que nos menciona Jeremías 22:30, que nos dice que “ningún descendiente de Jeconiah ascenderá al trono de Judah”. En realida se sucedieron 18 generaciones , partiendo del reinado de Salom+on hasta el de Jeconiah. Pero ello no es nada si observamos otro aspecto que nos cuentas Jeremías; nos dice que Jehoiakim, Azariah y Uzziah son una y la misma persona (Jeremías 36:30-31). El descendiente número 17, partiendo desde Salomón, es jeconiah, quien es el mismo Coniah de jeremías 27:20 y 37;1. A los escribas de la antigüedad les gustaba cambiar o dar otro nombre a uno en especial, por ellos escogidos, pero siempre dejaban la forma de cómo saberlo!

Es curioso también otro hecho que podemos comprobar en el libro de Marcos, y es el que no hace mención alguna de la genealogía del Hombre de Galilea, a pesar de que éste libro, se ha comprobado, fue escrito ANTES que los libros de Mateo y Lucas. Sólo hace mención de que “Jesús fue el hijo de María” y nada más!

No olvidemos que todas las Iglesias, Protestantes o no, son hijas legítima de la Iglesia de Roma. Éstas también han seguido las escusas tradicionales Católicas. Tampoco olvidemos que la línea de descendencia entre Israelitas siempre se consideró, y considera aún, vía paterna. De ninguna manera se toma como base para contarla la línea materna. Sólo se mencionan ellas en el contexto de una cronología, no así como una línea de descendientes maternos.

Es claro en absoluto que existen dos diferentes Jesús en las narraciones de los “evangelios”, así como también dos diferentes teologías entre las “epístolas” Paulinas, y las otras conocidas como “evangelios”. Ninguna de las dos están de común acuerdo con lo que nos narran las Escrituras Hebreas, o Antiguo Testamento.

Debemos mencionar que existe un gran vacio entre las generaciones anotadas tanto en Mateo como en Lucas, Es uno por lo menos de 300 años. Lucas nos menciona cuarentiún( 41) generaciones entre David y Jesús; mientras que Mateo menciona sólo veintisiete (27) generaciones, dejando así un vacio de catorce (14) generaciones que representan una cronología imposible de explicar razonablemente.

“Justino el Martir”, uno de los más antiguos padres de la Cristiandad tuvo el descaro de manifestar, “Cuando se me dice que PERSEUS (dios-sol pagano) nació de una virgen, entiendo que aquí, de nuevo, existe un caso en el que la serpiente engañadora ha imitado nuestra religión” . En realidad es todo lo contrario! La tradicional Cristiandad tomó prestado todas esas enseñanzas del mismo paganismo.

Los sacerdotes y ministros Cristianos nos aseveran que Jesús fue y es el Mesias o Masjhiach Hebreo, y para tal efecto nos remiten a su Nuevo Testamento, pero no así a las Escrituras Hebreas! Reamente ningún ser humano temeroso del Eterno Creador puede hacer tal aseveración. Sólo por la autoridad de las Escrituras Hebreas se puede llegar a entender TODO acerca del Mashiach o Mesías.

La mayoría de los historiadores bíblicos están de común acuerdo con respecto al origen de los magos que “procedían” de Persia, tierra del Mitraísmo! Encontraron algo similar a lo narrado en el N.T., y es así como “TRES SABIOS DEL MITRAÍSMO vinieron a visitar al “niño-dios-salvador” Mithras y trajeron consigo regalos, oro, incienso y mirra para él”. De allí proviene la TRADICIÓN tan bien guardada y festejada entre los Cristianos del mundo!

No olvidemos que la adoración de Mithras se asimiló perfectamente entre los primeros fieles de la Iglesia Católica Romana. Por supuesto que el Mitraísmo, en todos sus aspectos, fue indistinguible con las prácticas de la Iglesia Cristiana. Algunas de ellas tratan de dibujar una línea en esa parte de sus historias, tratando de demostrar que la Iglesia de Roma había caído en una “apostasía”, mientras que la iglesia de oriente, la verdadera y original iglesia cristiana, según ellos, permaneció fiel. Policarpo fue uno de esos voceros. (Fuente: Enciclopedia Católica, Vol. X, pp.402-404)

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