miércoles, 1 de agosto de 2007

Es el Ser Humano una Especie Joven en el Universo? En prácticamente todas las tramas de las obras de ciencia ficción que retoman el tema de los seres humano, al comparar la edad biológica del ser humano con otras “especies” del universo, asumen que somos más atrasados que esos supuestos seres y que además somos una especie “joven”, dando a entender así que el conocimiento es acumulativo y además fruto de la experiencia.
Malandro (Para Kaos en la Red) [30.07.2007 14:41] - 246 lecturas - 1 comentarios

ampliar
¿Humanidad?

En prácticamente todas las tramas de las obras de ciencia ficción que retoman el tema de los seres humano, al comparar la edad biológica del ser humano con otras “espacies” del universo, asumen que somos más atrasados que esos supuestos seres y que además somos una especie “joven”, dando a entender así que el conocimiento es acumulativo y además fruto de la experiencia.



Esta reiterada afirmación de que el ser humano es una especie joven me ha hecho preguntarme si esa afirmación es valida aún y sobre todo, ¿Realmente podemos aún tener tiempo para aprender de nuestros errores? ¿Aún tenemos tiempo de seguir equivocándonos con respecto a nuestro proceder con la naturaleza y con otros seres vivos en el planeta? y ¿Creemos con sinceridad que habrán de venir de otros planetas a salvarnos de nosotros mismos, y nosotros salvaremos a otros en el universo?



Al hacer una búsqueda aleatoria en internet con las palabras “humanidad y tiempo”, salta en la pantalla un numero nada despreciable de paginas llenas de fundamentalismos religiosos, Apocalipsis, muertes, trastornos climáticos, ecologistas; todos compitiendo por el pedazo de verdad que les corresponde.



Cada día más, la ciencia y la tecnología son usadas por hombres-sistema (tecnócratas) empecinados en controlar los procesos de comunicación y acumulación de capital y poder en el planeta; su consideración de que es posible unir todos los procesos humanos y plantear una verdad única, lo que raya en un totalitarismo enajenante.



La edad del planeta tierra es cuatro mil quinientos millones de años, recordemos que para llegar a esta cifra ha significado un enorme debate en varias disciplina científicas, que no pocas veces se enfrentaron a los totalitarismos religiosos.



La huella del ser humano en la faz del planeta es de dos millones y medio de años, este es el tiempo que el homo sapiens ha deambulado por el planeta multiplicándose como una especie más por todos sus confines.



Comparando la vida del planeta, con la vida del universo, que algunos científicos la sitúan en trece mil setecientos millones de años; podríamos decir que el planeta y nosotros somos jóvenes, pero si lo comparamos con la vida de otros planetas y estrellas y el tiempo que ha tardado en evolucionar la vida en la tierra, y considerando que somos parte del continuum desarrollo del universo, nos daremos cuenta que no somos en lo absoluto jóvenes.



Ahora bien esta escala ascendente en la edad de los planetas, no podemos compararla de manera arbitraria con la edad filogenética de un ser humano, la especie humana y su historia o­ntogenética, no indica que el ser humano no se encuentra condicionado colectivamente por la visión de nacer, crecer, reproducirse y morir. La humanidad tiene ciclos biológicos y sociales más amplios.



Cuando comparamos las cifras y los hechos nos damos cuenta que las visiones apocalípticas son, en la mayoría de los casos, artilugios para la venta de tabloides y revistas; se juega con nuestra conciencia de la muerte y con nuestro temor a lo desconocido.



Pocos nos detenemos a considerar que el espacio y el tiempo se expanden en el universo, que ambo actúan en la permanente eclosión de la materia y la energía en el espacio, y por lo tanto es ambiguo considerar que con el simple hecho de compararnos con el tiempo del universo somos una “especie joven”.



Los descubrimientos en torno a la evolución del ser humano y la distribución genética de las distintas razas de la especie humana nos indican que la combinación de genes en el planeta se encuentra en una etapa que algunos denominan de “mayoría de edad”, lo que nos indica que las posibles mutaciones en el organismo humano se encuentran en una etapa de conclusión, es decir por la vía de la combinación genética (natural) ya no habremos de sufrir modificaciones.



En nuestra transformación es cada vez más determinante la cultura, pero no la “cultura” del desperdicio y el despilfarro en el capitalismo, porque ella nos “enseña” el descuido permanente al entorno y nos vende la idea que es necesario “disfrutar la vida”; así hay millones de seres humanos que han dejado de lado las necesidades de la colectividad, por el disfrute de sus “sueños” y “libertad”.



Es imperativo romper con la temporalidad mediática en la que se ha colocado al ser humano,modificando de manera permanente la percepción de que somos una espacie que nos podemos dar el lujo de cometer errores y que en el tiempo podremos repararlos, porque no es así, nuestro errores (ambientales sobre todo) tienen a cada momento una mayor repercusión en el planeta.



Ya no somos una especie joven en el universo y las condiciones de contaminación en las que se encuentra el planeta, cada día más nos advierten de los peligros reales de un desequilibrio climático y con ello el riesgo para millones de seres humanos.



El manejo discursivo de la “especie joven” ya no tiene argumentos ni en la realidad ni en la ciencia ficción, nos hemos vuelto viejos, esperando que “alguien o algo” viniera por nosotros, perdidos en un planeta que no conocíamos y al que hemos diezmado en recursos y capacidad regenerativa cada vez con un mayor riesgo para nuestra subsistencia.



La humanidad se autoengaña y nos engañan a través de los medios que nos venden la imagen de civilizaciones que van en asenso y avanzando cuando en los hechos estamos en decadencia.



Habrá que hacernos a la idea, que somos parte del planeta, que no tenemos otro hogar, y que somos responsables colectivos de nuestro bienestar, esa idea de que “tirando la basura al vecino nos deshacemos de ella” es totalmente incorrecta. Por eso no podemos hablar de sociedades PIGS y sociedades que no lo son, el “orden” no suplanta nuestra erosión y agresión al equilibrio ecológico del ambiente.



La campaña ideológica del capitalismo (dueños de la riqueza y el poder en el mundo) para la mea culpa, es patética, el “Desarrollo Sustentable” como moda discursiva en los políticos no busca solucionar los problemas sino cubrirlos, adormilar a las poblaciones del mundo para no debatir a profundidad la relación que existe entre el modelo de acumulación de la riqueza y la contaminación del planeta.



Nuestra visión cartesiana de la ciencia nos orienta a un análisis parcelado del conocimiento con el que es imposible desarrollar interpretaciones desde el campo de conocimiento, suplantando, algunas veces, esta deficiencia del método científico por expresiones eclécticas que arrojan categorías erróneas y con una fuerte dosis de idealismo.



Separarnos de la visión cartesiana del conocimiento y de las campañas chapuceras de protección del medio ambiente promovidas por el G8, son dos aspectos de vital importancia para comenzar a entender que no somos una especie joven, que somos viejos y que nuestra decadencia es consecuencia directa de la destrucción de nuestro entorno.



La posibilidad de establecer una nueva relación con la naturaleza es factible, no como una “racionalidad ambiental” sino como el reconocimiento de nuestra dependencia del equilibrio de los ecosistemas, es decir conciencia de nuestros actos.



En el centro de nuestra contradicción en la relación con la naturaleza se encuentra el modelo de acumulación capitalista. No podemos seguir pensando que es posible continuar suplantando la responsabilidad de nuestros actos, es imperativo aceptarnos como parte de la naturaleza para poder comprender en que medida cada uno de nuestros actos tienen repercusiones en el entorno.



Para dar solución a las dificultades ambientales es necesaria la aplicación del conocimiento; ya no podemos seguir aceptando que millones de personas vivan frente al televisor en un autismo social, permanente condicionando sus temas de conversación a los tópicos de la caja idiota, porque esta enajenación a la que estamos sometidos día tras días raya en la estupidización y es responsable directa de la falta de compromiso de la sociedad para resolver los grandes problemas de la humanidad.



En los medios masivos de estupidización se saturan los canales de comunicación con interpretaciones de la realidad en el marco del sistema capitalista, “Vive la vida”, “Disfruta hoy”, “Just do it”; condicionando el pensamiento humano a lo inmediato, sin miras en el futuro.



El tiempo no se encuentra en las manecillas del reloj, el tiempo se expande al igual que el espacio, de tal manera que la posibilidad de contribuir al desarrollo de la humanidad es permanente, y no esta condicionado por la acumulación de la experiencia, sino por el continuo ejercicio de la revolución.



¿Qué valor tienen las ideologías que dividen a la humanidad por la vía de la distinción económica, en un mundo en el que cada vez es más importante compartir responsabilidades y soluciones? Ninguno, no tiene ningún valor y no nos ayudan en lo absoluto, representan eso sí, la manera en la que se los capitalista defienden privilegios.



La cultura nos distingue pero no nos divide, porque la cultura es la respuesta del ser humano para relacionarse con la naturaleza, con su entorno y tiene el papel de socializar a la humanidad no segregarla, y es a través de una cultura de responsabilidad, como podremos transformar la realidad que vive la humanidad en el planeta.



Referencias:



Suarez, Gonzáles Enrique (2004) Conocimiento y Evolución de la Humanidad Artículo en la Revista Acimed, Nº 12 Marzo-Abril de 2004, Cuba.

http://bvs.sld.cu/revistas/aci/vol12_2_04/aci0904.htm Consulta (29/07/07)

Hawking Stephen (2005), Brevísima Historia del Tiempo, Crítica, España.

Ser Humano http://es.wikipedia.org/wiki/Ser_humano Consulta (29/07/07)

Evolución Humana http://es.wikipedia.org/wiki/Evoluci%C3%B3n_humana Consulta (29/07/07)

Spengler Oswald (2006) La Decadencia de Occidente, Edición Digital http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages/Spengler_Oswald/LaDecadenciaDeOccidente_Vol00_00_Indice.htm






Artículos de Malandro en Kaos en la Red >>

No hay comentarios: