jueves, 5 de agosto de 2010


C Á P S U L A S
=XXXIII=

Por: J.N.Robles Olarte

La palabra ISRAEL proviene de la Hebrea “YISRA-EL”, que corresponde a la palabra H-3470 de Strong, y significa, ”EL GOBENARÁ COMO ELOHIM” o “PREVALECERÁ COMO EL ALTÍSIMO”. El Creador gobernará sobre ésta tierra en un futuro ya cercano, y ofrecerá a todos y cada uno de Sus criaturas, a las que podamos calificar en ésta vida terrenal, una vida abundante y llena de felicidad. Sus promesas están transcritas para TODO el género humano en 2 crónicas 7:14, y dicen, “…si entonces se humillare Mi pueblo, que se le llama y conoce con Mi Nombre y oraren y buscaren Mi rostro, y se CONVIRTIEREN de sus malos caminos, Yo también oiré desde los cielos, y PERDONARÉ sus pecados y SANARÉ la tierra”

Recordemos que hubo dos (2) árboles en el Jardín del Edén, el “Árbol de la Vida” y el “Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal”; que cualquiera que comiese del último de los mencionados habría de morir. Se convirtió en realidad éste en el “Árbol de la Muerte”. Así mismo existen dos libros en la Biblia que todos conocemos, la primera parte de él es el “Libro de la Vida”, y la segunda parte es el “Libro de a Muerte”. En ésta última se encuentra el conocimiento amalgamado del bien y del mal; y es así como todo aquél que se ilustre en ella, estará condenado a muerte.

Es oportuno recordar que el modo como hoy día se cuenta el tiempo no es el mismo que, originalmente, el CREADOR dispuso para el hombre Y SUS ACTIVIDADES. La siete días básicos de la semana no se basan en ningún movimiento celestial sino que fueron establecidos por el mismo CREADOR en los días del Jardín del Edén. En primera lugar Él definió el “día” como el bloque de tiempo que existe entre la puesta del Sol y la siguiente puesta del mismo, de tal forma que “un día” incluye un período de Obscuridad seguido de otro de Luz. Es por ello que el concepto de “día” que manejamos en la actualidad no es el mismo que el Credor dispuso. Un día cualquiera se inicia a la puesta del Sol, y termina unos segundos antes que la siguiente puesta del Sol.

Todos los meses se inician con una LUNA NUEVA que, en nuestros calendarios , se le denomina LUNA LLENA. Entre las dos fases anteriores existen, realmente, un espacio de tiempo de por lo menos quince (15) días. La LUNA NUEVA, al inicio de todo nuevo año, se da en el mes de ABIB,.cuando la cebada, en Israel, comienza a brotar sus espigas, está tierna, casi aún verde. Notamos entonces que el Creador escogió a Jerusalém como el punto de partida para el cálculo de Su Calendario Sagrado. De allí es donde debemos tomar la fuente de información para poder calcular correctamente Su calendario, los inicios de cada año, cada mes y Sus días de Fiesta!

El CREADOR nos ha dado los ojos, una mente, el Sol, la Luna, y la Cebada para que podamos calcular Sus tiempos y festividades.! Ese diseño por Él ideado es aún más simple que los que hemos adoptado y tenido en toda nuestra historia. Es un sistema seguro, simple y perfécto.! La determinación de la LUNA NUEVA o LUNA LLENA, es crucial para poder observar con exactitud todos los días festivos establecidos por Él. Esto corre, exactamente, cuando el centro de la Luna intersecta una line recta existente entre el centro del Sol y el centro de la Tierra. Así de sencillo!

Si cualquier persona se ubicara en la ciudad de Jerusalém, bien podría observar cuál día es el de la LUNA NUEVA o LUNA LLENA. Podrían verla salir, por el costado oriental , en el momento cuando declina el Sol por el costado occidental, poco después de ponerse. Nada de lo que nuestro CREADOR ha establecido es difícil. Hasta un niño podría comprenderlo perfectamente!

Todos nosotros tenemos necesidad de arrepentirnos por lo que a diario pensamos y hacemos incorrectamente. Es maravilloso que nuestro CREADOR se tome Su tiempo en oírnos y responder a nuestros arrepentimientos. La sanidad que resulta de ello es para nosotros mismos y lo podemos confirmar en las Escrituras Hebreas. Nuestra sanidad tanto física como espiritual dependerá de la relación de familia que tengamos con Él, y para ello no necesitamos que nadie interceda por nosotros para acceder a Su perdón y misericordia

La palabra “nombre” proviene de la Hebrea “SHEM” (Strongs H-8034 y H-7760) que significa algo más que la individualidad definida y evidente de nuestro Eterno Creador; se refiere y relaciona con Su Presencia y Gloria. De ahí la palabra HA-SHEM, “El Señor” o más correctamente, “El Creador”!

Los pasajes de Ezequiél 9:3, 10:4,18, y 43:1 al 7, hablan de la GLORIA del Creador que se ALEJA de la ciudad de Jerusalém, precisamente antes que fuese destruida por las huestes Romanas! Esa misma GLORIA habrá de retornar, una vez más, al Templo en el período mileneal del Maravilloso Mundo del Mañana! Ningún otro ha conocido, hasta el presente, la presencia de la Gloria de nuestro Creador y Soberano. Ésta se retiró de allí exactamente en el 586 AEC, fecha en la cual fue destruido el Templo construido por Salomón. La huella de la partida de la Gloria del Creador es la llave para poder comprender la próxima construcción del Templo durante el Reinado Davídico!

La GLORIA DEL Creador es implemente el SÍMBOLO visible de SU presencia en un lugar determinado. Recodemos también que SU NOMBRE o SU GLORIA nunca estuvo en el Segundo templo, aunque sí Su Espíritu estuvo entre Su pueblo!


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